Muchos habrán escuchado sobre las islas Galápagos y su importancia durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, pocos conocen que Ecuador por su petróleo, ubicación geográfica y comercio fue un sitio estratégico que los nazis buscaban conquistar con todas sus fuerzas.
Javier Villacís, esmeraldeño de nacimiento, ingeniero en Agronegocios y amante de la literatura y la investigación, tiene en su haber tres publicaciones individuales.
Su pasión por conocer cómo funcionó el nazismo y sus intereses en Ecuador lo llevaron a revelar datos impactantes en la obra La profecía de Darwin.
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“En el año 2011 se desclasifican los archivos del FBI del Departamento de Estado y de la CIA en Estados Unidos y se vuelven accesibles para cualquier investigador. A partir de ahí, respondí muchas preguntas que venían surgiendo”, explicó Javier, muy emocionado, antes de comenzar a desarrollar la historia.
¿Por qué el exlíder de la Gestapo, la Policía más peligrosa de Europa, fue parte de la delegación alemana en Ecuador? ¿O por qué en Quito hubo desfiles de tropas nazis, de camisas pardas? Incluso, ¿por qué la mayoría de las empresas en esa época eran alemanas?
Son interrogantes que surgieron en la mente de Javier y lo llevaron a sumergirse entre documentos extensos en inglés que, según él, cambiaron la historia para siempre.
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“Mediante avanzaba la investigación, aparecieron personajes. José María Velasco Ibarra, por ejemplo, quien utilizó copias textuales del libro Mi lucha, de Hitler, en sus obras, así como copias literales de los discursos del Führer”, sostuvo Villacís, mientras gesticulaba con las manos y se preguntaba si, durante esos años de dolor para la humanidad, en Latinoamérica —y en Ecuador en particular— sucedió algo más profundo que no se conocía.
“Los archivos me sirvieron para responder a estas hipótesis que iba armando y, luego, sobre esa base investigativa muy sólida, que quizá duró ocho años, armé la novela en un thriller de ficción histórica que toma la historia como una materia prima y ficciona sobre la parte humana”, añadió el escritor ecuatoriano.
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Los estudios sobre este conflicto bélico le permitieron conocer sobre el Plan Bolívar, una estrategia que habría tenido el régimen nazi en Latinoamérica.
“Era la alineación completa de diferentes ejes socioeconómicos, políticos y todo lo que pasaba en Latinoamérica con la política de ellos”, señaló.
Incluso, dijo que banners y propagandas se difundían en ese entonces para celebrar todo lo que Hitler hacía, bajo el pseudónimo de Führer, que traducido al español significa ‘guía’ o ‘dirigente’.
Durante la guerra con Perú, en 1941, la invasión se extendió hasta la provincia de El Oro, en Machala. El objetivo era la devolución de sus terrenos y obligar la renuncia de la mitad del territorio por parte de Ecuador.
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Once presidentes habían pasado en esa época; sin embargo, los nombres de Carlos Alberto Arroyo del Río, expresidente del Ecuador, y Julio Tobar Donoso, excanciller de ese gobierno, iban a ser protagonistas en la historia.
Carlos Arroyo era también abogado de empresas norteamericanas y apoyaba a los estadounidenses; no obstante, su canciller, Julio Donoso, fue condecorado por el régimen nazi.
En ese entonces, Donoso habría impartido “directrices antisemitas a todas las embajadas para que bloqueen la entrada de judíos al país”, según los documentos.
Habrían estado alineados con el régimen y creían que así el futuro del mundo iba a ser mejor, de acuerdo con la investigación de Javier, plasmada en el libro La profecía de Darwin.
“El error de creer que los nazis iban a ganar la guerra nos costó muchísimo. En el mismo año (1941) se da la guerra del Pacífico. Los japoneses atacan a los americanos y los obligan a ingresar a la guerra de forma bélica”, relató.
Es en ese momento, el embajador de Estados Unidos, Boas Long, entró a Carondelet y le pidió al presidente Arroyo permiso para que las tropas norteamericanas ingresen a las islas Galápagos.
“Al día siguiente entraron sin ninguna intermediación diplomática, sin ningún documento, y montan la base militar con una millonaria inversión”, aseguró Villacís.
El objetivo era defender el flanco del Pacífico, entre ellos el canal de Panamá, ya que si los japoneses tomaban esta zona, se la cedían de inmediato a Alemania.
“Tobar Donoso se queda en jaque, y todas las tropas y empresas alemanas en Latinoamérica se ven acorraladas al ver el movimiento de Estados Unidos para recuperar varios países del continente”, aseguró.
En 1942 se convoca al famoso Protocolo de Río de Janeiro, que —según las investigaciones basadas en documentos desclasificados del FBI— fue un evento organizado para firmar un acuerdo que permitiera a Estados Unidos defender el continente.
“Ecuador termina siendo determinante en la pelea que se vivía en Latinoamérica durante la Segunda Guerra Mundial. Se convoca al Protocolo de Río de Janeiro y Ecuador es forzado a firmarlo, debido a que si no lo hacía y no cedía el territorio a Perú, existía el riesgo de perder el país entero por estar divididos”, afirmó el autor del libro.
Según su relato, Ecuador fue sometido a una “anarquía total”. La población jamás estuvo contenta con lo que se le quitó y empezaron los desmanes, incendios y saqueos, que fueron reprimidos por la Policía de ese entonces.
“Dos años después, en el 44, se da la guerra de La Gloriosa. Fue la revolución más grande de nuestra historia. Se juntaron todos y reventaron el Ecuador. Quien promueve esto fue José María Velasco Ibarra, que estando en el exilio vio una puerta para regresar”, añadió Javier.
Según sus investigaciones, esta revolución habría tenido influencia del nazismo, en su afán de sacar a Arroyo del Río del poder.
“Hay documentación de que los nazis financiaron armamento, estrategia y operaciones para La Gloriosa”, explicó el esmeraldeño, con base en sus investigaciones.
Los nazis, en suelo ecuatoriano, querían el petróleo, las islas Galápagos, el cacao, el caucho y demás materia prima que les sirviera para la guerra y para evitar que Estados Unidos ingresara en la lucha, según Javier.
Nuestra historia dice, relata el historiador, que en 1941 dos empresas también pelearon por los campos petroleros, una de esas tenía como dueño a una persona con vínculos con Hitler. El historiador argumentó que esa última marca tenía una alianza para que en todo país conquistado por los nazis pudiera explotar este producto.
Su libro se denomina La profecía de Darwin debido a los hechos aberrantes sobre la purificación de la raza, que se conecta directamente con la teoría de la evolución de las especies.
Javier Villacís salió del país en la época de la dolarización, año 2000. Dijo ver un país dividido, tal cual como lo describe en el libro, pero desde Honduras.
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Allí pudo leer mucho y, al retornar, por su profesión conoció todas las provincias del Ecuador y personas que le brindaron testimonios claros de quiebres, falta de identidad y organización en un país tan pequeño pero grande de corazón, contó Javier.
El padre de dos hijos presentó su obra en la Casa de la Cultura, en el centro de Quito, la tarde del pasado 2 de julio, donde encontró una gran acogida de personas y, especialmente, de miembros de las Fuerzas Armadas, quienes le agradecieron por permitirles conocer esa parte de la historia que habían ignorado por muchos años. (I)