La Ordenanza Verde-Azul fue aprobada por unanimidad este martes 4 de julio por el Concejo Metropolitano de Quito. Es de carácter ambiental y regula aspectos relacionados con conservación.

Según el Municipio capitalino, el objetivo de la normativa es gestionar el territorio de manera integral a fin de mantener el abastecimiento de servicios ambientales, reducir el riesgo de desastres de origen natural y antrópico.

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Además, fortalecer la resiliencia ambiental y social frente a los efectos del cambio climático, conservación de la biodiversidad, fenómenos hidrometeorológicos y movimientos en masa.

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Adicionalmente, aprovechar servicios relacionados con la salud, recreación, economía verde-azul que busca mejorar el bienestar humano.

Una vez aprobada la ordenanza, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, pidió a la Secretaría de Ambiente que desarrolle la hoja de ruta para cumplir con la construcción de los diferentes planes.

A criterio de Muñoz, con la ordenanza se da mayor énfasis y empuje no solamente a los temas ambientales, sino al cuidado de los ríos, quebradas y patrimonio geográfico y natural.

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Santiago Sandoval, secretario de Ambiente, mencionó que se debe construir la hoja de ruta para poder comenzar a implementar los planes que se tienen que ir elaborando entre las dependencias municipales y la ciudadanía.

La normativa tiene como antecedente una sentencia de la Corte Constitucional (CC), de enero del 2022, en función de los problemas de erosión y debilitamiento de taludes ocurridos en el cauce del río Monjas.

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La CC dispuso tres medidas de reparación: ejecución de obras para estabilizar el cauce del río, definición y ejecución de una política pública y la expedición de una ordenanza verde-azul. (I)