El índice de positividad para COVID-19, al iniciar la cuarta semana de marzo del 2022, en Quito se ubicó en un 9 %, según el Ministerio de Salud Pública (MSP).

Tatiana Pozo, coordinadora zona 9 del MSP, que corresponde al Distrito Metropolitano de Quito, explicó que el número de contagiados está disminuyendo lo que se puede comparar con la ocupación de las camas en los hospitales.

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Entre diciembre del 2021 y enero del 2022 esa cartera de Estado había habilitado los hospitales Pablo Arturo Suárez, al norte de la ciudad, Docente de Calderón, al extremo norte y el Enrique Garcés, al sur de la urbe, para atender coronavirus.

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En los dos últimos hospitales, sostuvo, ya no hay camas destinadas para COVID-19 y en el Pablo Arturo Suárez hay menos camas dedicadas a esa enfermedad por lo que en promedio la ocupación es de alrededor del 20 %.

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“Se puede ver claramente que estamos con una tendencia a la baja igual con nuestro índice de positividad y pues esto nos denota que realmente el tema de vacunación está funcionando (...) ha salvado vidas, nos ha permitido que durante esta última oleada nosotros no tengamos una sobresaturación en los servicios de salud”, dijo.

De acuerdo a la funcionaria, en la capital de la República más de un 90% de la población ha recibido las dos dosis.

Estuardo Salgado, subdirector de medicina crítica del hospital IESS Quito Sur, indicó que actualmente acuden unos diez pacientes por día a las carpas de triaje respiratorio que mantiene esa casa de salud y la positividad de las pruebas está por debajo del 10 %.

Salgado hizo una comparación con lo que sucedía en enero del 2022 cuando la positividad era de hasta el 68 %, es decir, que de cada diez pacientes unos 7 daban positivo; hoy de diez personas, una da positivo.

En enero del 2022 en Quito, indicó el MSP, la positividad viral era casi del 60% mientras la ocupación de camas fue de un 100%.

Para la secretaría de Salud del Municipio de Quito, en la primera semana de febrero del 2022, la positividad fue de 59.2% y en la cuarta semana llegó al 31,6%. Esa tendencia ha ido a la baja: así en la primera semana de marzo se ubicó en 24.9%, en la segunda fue de 10,9% y en la tercera 8,7%.

A modo de ejemplo, Pozo indicó que hay semanas en las que la parroquia de Calderón está con más casos positivos o Cotocollao con menos casos y siempre hay un equipo de pronta respuesta que aplica estrategias como la aplicación de pruebas de antígenos, vacunación, valoración de casos, cercos epidemiológicos.

En el último informe de la secretaría de Salud, las parroquias urbanas de Iñaquito y Cotocollao, y la rural de Tababela, eran en las cuales había mayor incidencia acumulada de la enfermedad.

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Víctor Álvarez, expresidente del Colegio de Médicos de Pichincha, dijo que este descenso paulatino de la positividad en Quito podría deberse a la campaña de vacunación y al mantenimiento de las medidas de bioseguridad en algún segmento poblacional.

Sin embargo, agregó, las pruebas de diagnóstico no han sido incrementadas y la ciudadanía no se hace test al sentir una sintomatología leve o ser asintomático, además del costo del test sobre los $ 40.

“Podríamos tener un dato que no estaría cerca de la realidad”, comentó.

Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, sostuvo no saber si el 9 % de índice de positividad responde a una comparación entre el universo de pruebas semejantes en periodos determinados.

Acotó que sin eso, el dato no es concluyente y no se podrían sacar conclusiones válidas.

“Hace poco se manejaban resultados de 35, 25% de positividad. Hay que recordar que transcurren días entre la toma de la muestra, la realización del estudio (asumiendo que estamos hablando de PCR), el informe y la publicación de resultados”, reflexionó.

A su juicio, es posible que no sea reflejo de una verdadera tendencia. (I).