La tensión por el paro nacional persiste en el norte del Ecuador. Bloqueos y enfrentamientos han formado parte del panorama evidenciado en vías que conectan Pichincha con Imbabura, en la región Sierra, en el norte del país.
Sin embargo, el gran inconveniente de algunas familias que residen por las zonas bloqueadas es tener que caminar varios kilómetros para movilizarse de una ciudad a otra, debido a que los vehículos privados, comerciales y de transporte público no están cumpliendo esa ruta por temor a las manifestaciones que se generaron por la eliminación del subsidio al diésel, decretada por el presidente Daniel Noboa.
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Protestantes aguardan en redondeles, pasos peatonales o curvas pronunciadas. Algunos pinchan las llantas de los conductores que se atreven a pasar sin “permiso” de los dirigentes.
Ante ello, no queda otra que caminar. Es el caso de Sonia Sevilla, mujer adulta que subía caminando la Panamericana norte E-35 desde Pimampiro, en la provincia de Imbabura. Su destino era Quito, ya que su hija se gradúa de doctora, y junto a su esposo debían hacer todo lo posible para poder llegar.
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“De Pimampiro a Ibarra no está bloqueado, pero de Ibarra hasta acá encontramos sectores sin paso. Hemos tomado motos para llegar. Por ejemplo, en Carabuela nos dijeron que nos podían llevar hasta Espejo y luego nos tocó tomar otra moto para que nos dejen acá en Cayambe”, contó la señora.
Ella contó que estas motos, que están brindando el servicio de fletes personales por $ 5 pueden pasar en medio de los obstáculos, pero ahora que están pinchando las llantas los conductores escogen medios alternos para cruzar esta parte del país.
Sonia dijo que no tiene problemas con los manifestantes. “Nos saludaban, no estaban agresivos. Los vi tomando chicha abajo, pero ninguno de ellos nos faltó al respeto”, sostuvo.
Ella y su esposo siguieron su camino hasta el redondel de Cajas, donde esperaban pasar sin inconveniente alguno y poder abordar un bus que los lleve a la capital para la graduación de su hija.
En el límite provincial existen más de quince cierres viales. Piedras, palos, vegetación y llantas quemadas son los obstáculos que utilizan los protestantes para bloquear el paso de vehículos e incluso transportes de carga que llevan productos básicos a las ciudades.
La provincia de Imbabura concentra el foco más fuerte en estas manifestaciones. Tres días de hechos violentos se han registrado y quienes viven en Atuntaqui, Otavalo o Peguche se han visto en la obligación de no salir a buscar pasajes para regresar con su familia a la localidad de origen o salir a trabajar en Quito o Cayambe.
Andrea, ciudadana moradora de Atuntaqui, llegó de vacaciones este martes, 23 de septiembre, y se topó con esta situación de protestas que vive el país. “Salí con mi familia y ahora me llego a encontrar con esta situación tan lamentable. Esta es la imagen que estamos dando a la gente que llega del extranjero", manifestó.
La mujer, de 45 años, expresó no estar de acuerdo con las disposiciones del presidente Daniel Noboa, porque cree que había caminos más inteligentes para focalizar el subsidio al diésel y que el impacto no sea tan grande.
Andrea también mencionó que para la clase media siempre será difícil acceder a un trabajo, más aún si el rango de edad sobrepasa los 45 años, por ello siente que las políticas del Gobierno nacional deben estar enfocadas en ello.
La ciudadana bajaba la arteria con dos chicas, una mujer y un niño pequeño, quien tuvo que saltar el tronco del árbol que reposaba de forma horizontal sobre la vía para poder seguir caminando.
“Venimos caminando desde el aeropuerto, desde ayer a las 16:00, no hubo donde quedarse. Estoy con dos niñas y nos tuvimos que arropar con una pequeña cobija que teníamos”, sostuvo la mujer.
La noche del martes pasado ella tuvo que dormir en casa de un conocido que pudo contactar a varios kilómetros de Tababela, a fin de evitar la situación de frío, y la mañana de este miércoles dejó las maletas allí para seguir a pie por la vía en dirección a Ibarra.
La preocupación de llegar hasta Ibarra la desconsolaba. “Está todo cerrado, lo que me manifestaron es que las rectas Natabuela, Carabuela, Peguche... Está todo tapado y están haciendo carreras en motos, pero cobran $ 5 por persona y es demasiado para nosotros”, concluyó.
Una jornada más de enfrentamientos en el redondel de Cajas se evidenció la mañana de este miércoles, 24 de septiembre, cuando varias poblaciones indígenas del sector impidieron el paso a un convoy policial y las bombas lacrimógenas se empezaron a sentir en el ambiente.
Según las autoridades de seguridad, por el momento se ha detenido a diez personas en la vía Tabacundo-Quito por disturbios sociales y obstrucción de las vías públicas.
Algunos protestantes informaron que ese lugar (redondel de Cajas) es considerado conflictivo debido a que es la puerta hacia la provincia de Imbabura y ellos iban a quedarse plantados allí para no dejar pasar a nadie.
Actualmente, en Imbabura se empieza a sentir el desabastecimiento de combustible. En ciertos establecimientos se dejó de expender gasolina extra, únicamente existen reservas de gasolina súper.
Mientras tanto, la Cámara de Comercio de Otavalo mostró total preocupación ante el momento que vive la ciudad por el cierre de restaurantes, locales y sitios de esparcimiento que dinamizaban la economía local. (I)