Verónica, su familia y sus allegados han vivido desde hace diecisiete años en Puembo, que es una de las 33 parroquias rurales del cantón Quito. Salió de Monteserrín, en el norte de la capital, buscando —contó— alejarse del ruido de lo que significa una urbe.

Puembo, según su Gobierno parroquial, tiene 22.000 habitantes residentes y 5.000 flotantes.

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Puembo es una de las parroquias donde hay un gran desarrollo habitacional. Foto: Carlos Granja Medranda

A su casa llegaba por la vía Interoceánica pues, en esa época, tampoco estaba construida ni la Ruta Viva ni el aeropuerto internacional Mariscal Sucre de Tababela. Se tardaba alrededor de una hora en ir a su oficina en el sector de la avenida Granados.

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Con el inicio de operaciones de la nueva terminal aérea, el trayecto era de alrededor de una hora y media debido a que aumentó la cantidad de vehículos. Con la apertura de la Ruta Viva, el tiempo se redujo a unos 35 minutos; pero actualmente —indicó— se ha vuelto un poco caótico.

Para acceder a la Ruta Viva desde la Interoceánica o desde la avenida Simón Bolívar se complica, sobre todo, si hay accidentes de tránsito, señaló.

Para su trabajo, en horas habituales, cuando hay actividades escolares, sale de su casa a las 07:30 y suele llegar a las 08:15. Está ubicado en la zona de El Cicilista, cerca de la Universidad de las Américas (UDLA). Si sale a las 17:00, se demora unos 45 minutos; pero si lo hace 30 minutos después, se tarda alrededor de una hora.

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Otra manera de ir a Quito es usar el peaje Guayasamín, que indicó que no lo utiliza, aunque un familiar sí, y le ha comentado que es una buena alternativa, pues hay un contraflujo que se aplica desde las 07:00 hasta las 08:30 y desde las 16:00 hasta las 19:30.

Según datos de la Empresa Pública Municipal de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), por ese peaje circulan alrededor de 45.000 vehículos en promedio, pero aquello depende del día. Por ejemplo, el lunes 30 de junio, en sentido valle-Quito hubo 20.482 vehículos, en tanto que de Quito al valle, 24.068.

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Contraflujo en la av. Occidental por avance de obras en el intercambiador Mariana de Jesús

Vista aérea de un proyecto inmobiliario ubicado en Cumbayá, nororiente de la capital. Foto: Cortesía

“Ahora ya estamos experimentando acá que hay una carga muy grande de población; crecen las urbanizaciones y todo, pero las vías son exactamente las mismas. Estamos sintiendo esos cuellos de botella”, dijo.

Definitivamente no volvería a vivir en la ciudad, adujo, por el clima que hay en Puembo, respira aire puro, existe tranquilidad y la seguridad es buena, pues hay una articulación entre la comunidad, la Policía y el Gobierno local.

Acerca de los servicios, mencionó que hay centros comerciales, farmacias y restaurantes, aunque —sostuvo— no hay muchos bancos.

Tumbaco es otro polo que muchos habitantes han tomado como su nuevo hogar. Está al este de Puembo. Es otra parroquia de Quito. Se ubica al lado oriental de la capital y a una distancia de 14 kilómetros. De acuerdo con el último censo, había unos 80.000 habitantes.

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A María, empleada pública, le toma alrededor de una hora llegar a su sitio de trabajo en el sector de Iñaquito, en el norte de la capital.

Desde hace seis años vive en el valle de Tumbaco. Antes su domicilio estaba ubicado en el sector de Ponceano.

Contó que de su casa sale, en días laborales, usualmente a las 07:30, pero nunca toma una misma ruta, sino que se guía por aplicaciones de movilidad para ver qué camino está más despejado, sin accidentes de tránsito, hasta llegar a la zona de las Naciones Unidas. Ese trayecto le toma una hora o hasta una hora y quince minutos.

En general, se queda en su trabajo hasta las 17:00 y máximo hasta las 20:00, dependiendo de las actividades que deba realizar.

Al regresar usa el mismo mecanismo de guiarse por aplicaciones instaladas en su teléfono móvil. Estima que de retorno se demora alrededor de una hora y media por el tráfico “denso y pesado”.

Cuando hay accidentes, automóviles dañados, lluvia o emergencias, como incendios, se complica aún más la movilización.

No siempre usa el peaje de la Guayasamín, a pesar de que tiene el tag respectivo.

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“Jamás volvería a vivir en Quito, con todos los dramas y los peros que pueda tener la movilidad desde los valles. Ahora casi todo hay; es más, las instituciones públicas deberían tener oficinas para descentralizar la congestión”, opinó.

Cumbayá es la primera parroquia de la ruralidad con alto pago de impuesto predial.

En las últimas décadas, a criterio del Gobierno parroquial, ha experimentado un significativo crecimiento urbano debido a su atractivo entorno natural y cercanía a Quito. Además se han desarrollado nuevos barrios, urbanizaciones y proyectos que han atraído a residentes de otras áreas y países. Más de $ 6 millones fue el aporte al erario municipal.

Está a unos veinte minutos al oriente de la capital y es un sector con una plusvalía asegurada, pues hay zonas en las cuales se están construyendo proyectos, como por ejemplo un nuevo hospital, un nuevo hotel, plazas y centros comerciales.

Su población es de alrededor de 40.000 habitantes. Personas que suelen ir hacia esa localidad y retornar a la capital, en diferentes horarios, comentaron que el tráfico en horas pico, como las 08:00 o las 16:00, es complicado, pero la alternativa es la Ruta Viva y la Interoceánica. (I)