El fenómeno de El Niño es un evento climático mundial que produce el calentamiento de las aguas del mar y provoca fuertes inundaciones, así como sequía en distintos países del mundo.

Los episodios de El Niño se producen por la fluctuación de las temperaturas en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, y suelen ir asociados a un aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica, el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central.

Ecuador ha soportado este proceso climático en numerosas ocasiones, pero los de mayor magnitud han sido los de 1982-1983 y 1997-1998, sucesos que cobraron decenas de vidas y destruyeron gran parte de los cultivos, así como de la infraestructura vial, con millonarias pérdidas económicas.

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En 2023 se espera un nuevo El Niño. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) anunció esta semana que se elevó a “naranja” (preparación ante evento inminente) el nivel de alerta por la emergencia que pueda producir en el país el fenómeno climatológico.

Este aumento del nivel de alerta se declaró debido a que la presencia del fenómeno natural es “inminente y posiblemente coincidirá con la época lluviosa del país, en el último trimestre del año”, señaló Cristian Torres, secretario de Gestión de Riesgos.

Consecuencias

El Gobierno tiene identificadas a 17 provincias que son las que podrían verse afectadas por el fenómeno de El Niño.

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Julio Celorio, subsecretario de Preparación y Respuesta de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), indicó que se han identificado al menos tres eventos principales de mayor impacto.

“Estos son las inundaciones, como consecuencia del desbordamiento de ríos, canales, quebradas, pero también las inundaciones por insuficiencia de los sistemas hidráulicos en las ciudades, considerando que por el fenómeno de El Niño una de las características es que hay un incremento importante en la cantidad de lluvia que se registra”, señaló el funcionario. “Como consecuencia de esto, en ciudades, en las partes urbanas, se ven también inundaciones porque el sistema de alcantarillado no evacúa rápidamente el agua que se acumula”, agregó.

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Celorio dijo que en otros sectores también se esperan inundaciones por la falta de cobertura de servicio básico, principalmente el alcantarillado pluvial.

Otro de los eventos importantes es el relacionado con los deslizamientos, los movimientos en masa.

“Tuvimos este año en la temporada invernal alguna alerta en ciertas zonas del país con deslizamientos que empezaron a dar señales de activación. (...) Ese puede ser uno de los eventos que tengan también incidencia en el territorio nacional, principalmente en aquellas provincias que tienen territorios con una geografía un poco más accidentada. Y finalmente, también la llegada del fenómeno de El Niño trae como otro de los posibles efectos el incremento de la erosión costera, como consecuencia del incremento del nivel del mar, los aguajes y oleajes, como consecuencia de esto”, detalló el funcionario.

José Ruales, sobre fenómeno de El Niño: ‘Estamos adelantándonos al posible impacto que van a tener en salud nuestras instalaciones, y eso nos prepara mejor’

Posibles efectos del fenómeno de El Niño: exceso de lluvias complicaría potabilización del agua

Por otra parte, según un documento que se refiere a los impactos de ese evento climático, elaborado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), las afectaciones por el suceso en Ecuador se producirían en salud, infraestructura, producción, agricultura, acuicultura, pesca, turismo.

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En el área de salud habría casos de dengue, leptospirosis, mordedura de culebras, conjuntivitis, así como infecciones a las vías urinarias y vaginales.

Afectación de vías, impacto en saneamiento, impacto en fuentes de agua potable, afectación a la distribución de energía serían los efectos en infraestructura.

En el área de la producción habría falta de materia prima, ausentismo laboral y problemas logísticos.

Inundación de cultivos, plagas, problemas con la floración serían las complicaciones en agricultura, mientras que en acuicultura habría daños en muros y accesos y problemas de salinidad.

En pesca, migración de especies y algas nocivas serían las consecuencias, y en turismo, daños en infraestructura y también problemas logísticos.

La estación de lluvias en la Costa se da entre enero y abril, pero si se presenta El Niño se podría adelantar e iniciar en diciembre. (I)