Convivir con un volcán activo es una situación a la que tienen que estar acostumbrados muchos ecuatorianos, especialmente los que se encuentran próximos a los estratovolcanes Cotopaxi (5.897 m) y Sangay (5.286 m), debido a que la actividad de estos colosos puede incluir la emisión de ceniza que puede llegar a poblaciones cercanas.