La plaza de la Independencia lleva su nombre por este monumento, diseñado en 1894 por Juan Bautista Minghetti y construido por Lorenzo Durini e hijos, junto con otros artistas y fundidores italianos, entre 1903 y 1906. Más de cien años después, con una duración de dos meses de trabajos y una inversión de $ 120.000, el homenaje a las gestas libertadoras luce renovado.

Este monumento, referencia en el centro histórico de la capital, cuenta con una columna dedicada a los héroes de 1809, quiteños que dieron el primer paso en busca de las luchas por la libertad, coronado por la estatua a la Libertad o Dama de la Independencia.

El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) coordinó todos los trabajos de conservación del monumento mediante una intervención integral, tanto el material metálico como los pétreos que lo conforman, a través de procesos de conservación o restauración que permitieron su estabilización.

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El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, resaltó la importancia de conservar los símbolos de la historia del país. También destacó que el Municipio inició la recuperación de 16 conjuntos escultóricos a lo largo de plazas y parques en el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ).

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Sin embargo, esta plaza es especial. Ha sido escenario de discursos, plantones, manifestaciones, desfiles, derrocamientos de presidentes y hasta el asesinato de uno (Gabriel García Moreno), aunque este último hecho fue antes de la instalación del monumento (1875).

QUITO.- El monumento a la Independencia es uno de los íconos del centro histórico que encierra varias historias, desde su construcción, entre 1903 y 1906. Foto: Cortesía Municipio de Quito

Visitantes refieren que el monumento a la Independencia forma parte de las joyas arquitectónicas con las que cuenta el casco antiguo de Quito. Lleno de historias, de acontecimientos, como un testigo mudo, esta torre se mantiene con el paso de los años, y con la última conservación se prevé que durará mucho más.

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Angélica Arias, directora del IMP, señaló que tuvieron que reponer partes de la torre. “Hemos recuperado algunos de los elementos faltantes que desaparecieron en la historia de este monumento, que tiene más de 100 años, y además se realizaron otros trabajos como la recuperación del pan de oro de la parte alta de Libertas, que es la diosa que está en la cima”.

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Finalmente, se elaboró un manual de mantenimiento, organizado por lineamientos técnicos de conservación preventiva, con sus respectivas recomendaciones para el control de agentes biológicos (seres vivos diminutos) y de la actividad de los visitantes. Las normas por seguir serán comunicadas con las entidades encargadas de su cuidado. (I)