Una de las obras arquitectónicas más complejas que se han desarrollado en la región finalmente abrió sus operaciones este 1 de diciembre: el Metro de Quito.
La primera línea, que cubre una ruta de 22 km entre el norte y sur de Quito, comenzó sus operaciones después de varios intentos fallidos y atrasos.
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Dos mil millones de dólares se han necesitado para poner en marcha este proyecto, que busca aliviar el congestionado tránsito de la capital ecuatoriana.
El Metro tiene quince estaciones y se estima que se emplearán 33 minutos aproximadamente para cubrir el trayecto.
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Durante las primeras semanas de funcionamiento se espera que el Metro de Quito atienda a unas 150.000 personas diarias. Para 2024 se espera que esa cifra suba a 400.000.
Con la puesta en marcha del Metro se espera que la ciudad pueda desahogar sus calles, saturadas en las horas pico. Las autoridades indican que la operación de este sistema de transporte masivo reducirá anualmente 58.000 toneladas de CO₂ en el aire.
La estación San Francisco fue una de las más complejas de construirse. Se hizo debajo de 30 metros de la superficie. La estación se encuentra debajo de la zona colonial de la capital.
La operación del Metro demanda el trabajo de unas 500 personas que han sido capacitadas a lo largo de estos meses.
Los residentes en Quito han tenido que registrarse para poder crear un cuenta para poder desplazarse en el sistema.
Los jóvenes han sido los más entusiastas de que se haya puesto en marcha este sistema.
De las quince estaciones que tiene el Metro, cinco de ellas son conocidas como multimodales, pues tendrán conexiones con el transporte público, como los buses alimentadores, Trolebús y Ecovía.