Diego Criollo, de 35 años, es el cuarto de cinco hijos y le gusta el vóley. Su casa se encuentra en la calle N24C, en la zona más destruida por el aluvión, precisamente debajo de la meseta donde estaba la cancha de ecuavoli de La Comuna.
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Diego Criollo se aferró a la idea de que su hermano regresaría a jugar vóley. Al tercer día, encontraron su cuerpo.
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Diego Criollo, de 35 años, es el cuarto de cinco hijos y le gusta el vóley. Su casa se encuentra en la calle N24C, en la zona más destruida por el aluvión, precisamente debajo de la meseta donde estaba la cancha de ecuavoli de La Comuna.
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Mientras algunos se preocupan por las quemaduras solares y la deshidratación, existe una amenaza silenciosa que afecta a quienes buscan concebir.
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