El dirigente Richard Gómez está inmerso en una denuncia formal presentada en la Fiscalía por el dinero que estaba depositado en la cuenta del Comité de Empresa de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL).

No está en el país y desde Estados Unidos explica en qué se utilizaron esos fondos. Lo hizo en el espacio VisaVis de Visionarias.

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La semana pasada el secretario general del Comité de Empresa de CNEL, Daniel Garcés, presentó una denuncia en la Fiscalía General del Estado en la cual se mencionan movimientos irregulares en la cuenta que maneja el Comité de Empresa, que en agosto el saldo era de $ 852.653,65 y luego se quedó en $ 0,53.

La denuncia es en contra de Gómez y otras cuatro personas por el presunto delito de delincuencia organizada, transnacional e internacional.

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Gómez aseguró que no hay ninguna transferencia realizada a su cuenta y que el dinero se usó para la compra de botas dieléctricas para los trabajadores.

Dijo que el valor más representativo de esos más de $ 800.000 son $ 552.869, dinero reservado para el pago de las diferencias por la adquisición de esas botas dieléctricas. Que la compra fue una decisión tomada por toda la dirigencia, comunicada a los trabajadores, aprobada en asamblea y que está en proceso para ser entregada.

“Tenemos información de que al final de los próximos quince días ya viene la primera entrega, ya lo hemos hecho anteriormente y los trabajadores conocen...”, añadió.

Por otro lado, indicó que dentro de los $ 800.000 también están los recursos con los que se pagan la defensa jurídica, los sueldos, la seguridad social, los impuestos, los servicios básicos y una serie de gastos que tiene el comité.

Explicó las transferencias: “El 94 % de los pagos de esos $ 800.000 que hablan que están perdidos son pagos de proveedores, de agencias de viajes, de electrodomésticos, de casas comerciales, etc., y dentro de esos $ 800.000 están los $ 552.869,64 que corresponden a las botas”, dijo.

Comentó que en mayo ya dieron un anticipo de la compra de las botas y que esos $ 552.869,64 son el saldo final de un contrato que bordea $ 1 millón.

“La alerta del señor Garcés es infundada y le da esta información a la ministra, que sin contrastar lastimosamente emite estos criterios anticipados respecto a estos recursos”, cuestionó.

Gómez dijo que la compra de las botas lo hizo el Comité de Empresa en representación de los trabajadores con recursos que la empresa entregó bajo la figura de compensación y que se ha hecho por dos ocasiones, entre 2020 y 2021 y este año.

Explicó que los valores que ahora estaban en la cuenta son de las botas, no son del Comité, ni de los aportes, ni los ahorros de los trabajadores. “Inclusive se habló de una cuenta de ahorro es una corriente en donde funciona esto y lo que se hizo de esta transferencia era a dos organizaciones, que en esta caso son parte de la estructura del Comité de Empresa”.

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Comentó que una es un sindicato que es parte de la estructura del Comité y la otra es una federación que los representa toda la vida y que participaron como terceros colaboradores para blindar el contrato para que a futuro no haya algún inconveniente y se pueda cumplir.

“Se buscó esta figura de terceros colaboradores, que lo permite la ley, para de alguna manera blindar que a futuro cualquier cambio que pueda ocurrir en la organización sea blindado por estas organizaciones de las que somos parte”, aseguró.

Gómez ya no forma parte de la empresa eléctrica porque fue cesado de sus funciones el 3 de septiembre del 2025. Dijo que la causa de su despido es injustificado.

Él también es vocal en el Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), como representante de los asegurados.

“Pidieron al IESS la terminación de mi comisión de servicio aduciendo que me necesitaban en CNEL urgentemente, de una manera irregular terminaron mi comisión de servicio, pese a estar con un permiso médico. Me regresaron a CNEL y me botaron a los días estando delicado de salud”, dijo.

Ese mismo día, la ministra del Trabajo, Ivonne Núñez, comentó en Teleamazonas sobre el retiro de dinero de la cuenta del Comité de Empresa de CNEL, lo que se atribuyó a Gómez.

Para Gómez, la denuncia en su contra por probable cometimiento del delito de delincuencia organizada, transnacional e internacional es un “show y una cortina de humo”. Y cree que se da para tapar la supuesta “ilegalidad” del nombramiento de un nuevo secretario general del Comité de Empresa.

Y añadió que ante la denuncia presentará todos los documentos que respaldan el destino de los recursos. Él permanece en Estados Unidos desde hace casi un mes. Contó que en su viaje se sintió mal y acudió al médico.

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Al ser consultado por el certificado médico que presentó, que es de una clínica estética, y de qué está enfermo, respondió que es del cirujano que le atendió en ese momento porque se sentía mal.

“No podía mantenerme en pie, tengo un dolor fuerte en la cabeza, yo no conozco a la gente acá, yo vine por una invitación de una organización de migrantes por los eventos del 10 de agosto acá en Miami -a los que no asistió- y yo no pensé que me iba a pasar esto, buscamos el médico que estaba más cercano y el doctor Sepúlveda me atendió y me dio este certificado, que él trabaje en una clínica estética es otra cosa”.

Dijo que ya pudo canalizar con su médico de cabecera y desde Guayaquil se extendió otro certificado a través de una llamada de telemedicina. “Le expliqué los síntomas, lo que tenía y se me extendió el certificado de la clínica Kennedy por la situación que estoy padeciendo y me han pedido que tenga reposo”.

Dijo que tiene permiso hasta el próximo 16 de septiembre y espera estar el 17 en Ecuador, incluso si puede antes.

Qué son las botas dieléctricas

Ese tipo de zapatos están fabricados con materiales que no conducen la electricidad, lo que ayuda a prevenir que las corrientes de energía pasen a través del cuerpo en caso de un contacto accidental con fuentes eléctricas.

No se conoce el precio negociado. Pero para tener una referencia, una fábrica cuencana las comercializa entre $ 95 y $ 120 y las más caras son las de bomberos, cuyo precio bordea los $ 250. (I)