Las exportaciones de banano de Ecuador continúan con saldo positivo en este 2025, sin embargo, de acuerdo con las últimas cifras de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), existe una desaceleración que se refleja en los envíos de los últimos tres meses en ese crecimiento.
Según el gremio, las exportaciones de banano acumulan un crecimiento de 4,26 % hasta agosto de 2025, con 229,8 millones de cajas enviadas al exterior, 10,84 millones de cajas adicionales frente al mismo periodo de 2024. Sin embargo, el ritmo del sector continúa perdiendo impulso, reflejando el impacto del clima frío en la producción, una menor disponibilidad de fruta y un entorno logístico y comercial cada vez más complejo.
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De acuerdo con la AEBE, luego de alcanzar su punto más alto en mayo (5,89 %), el crecimiento acumulado descendió a 5,47 % en junio, 4,95 % en julio y se ubicó en 4,26 % en agosto.
El principal dinamismo en las ventas proviene principalmente de la Unión Europea, Rusia, Medio Oriente y Estados Unidos, mercados que en conjunto aportaron más de 7 puntos porcentuales al crecimiento total, con variaciones anuales de entre 7,5 % y 14 %.
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En contraste, regiones como África (- 64,2 %), Asia Central (-12,3 %) y Oceanía (-14,8 %) restaron más de 4 puntos porcentuales, evidenciando un cambio en el mapa de la demanda internacional, donde los destinos tradicionales sostienen el impulso mientras otros pierden relevancia.
“Las condiciones climáticas han sido un factor decisivo en este comportamiento. Desde la semana 31, las temperaturas en zonas productoras se ubicaron entre 0,5 °C y 1,97 °C por debajo del año anterior, reduciendo el ritmo de maduración y el nivel de enfunde. En paralelo, la producción semanal cayó entre 4 % y 6 % interanual, lo que limitó la disponibilidad de fruta y restringió la capacidad de respuesta de los exportadores”, detalló el gremio.
Agregaron que esta dinámica coincide con el ingreso de la temporada fría, que prolonga los ciclos productivos y retrasa la salida de fruta.
A esto se suman las problemáticas externas, como la congestión portuaria global, el aumento de los costos logísticos, las tensiones geopolíticas y la imposición de nuevas barreras arancelarias en mercados clave como Estados Unidos que han añadido presión a la cadena, afectando la fluidez del comercio y la capacidad para cumplir contratos.
Mientras, a nivel interno, la menor oferta ha obligado a los exportadores a reestructurar su logística y planificación comercial, mientras enfrentan problemas de inseguridad en las zonas productoras y una escasez persistente de mano de obra técnica. (I)