Ecuador es uno de los países con el número más alto de personas reconocidas como refugiadas en la región y es el tercer país de destino de personas refugiadas y migrantes de Venezuela. Más de la mitad de esta población son jóvenes y adultos con mucho potencial de contribuir con sus habilidades y profesiones, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y una parte de ellos ha logrado tener esa oportunidad laboral en su país de acogida. Acnur junto con el Pacto Global de Naciones Unidas Red Ecuador y el programa Sin Fronteras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregaron a 60 empresas de Ecuador el sello Empresa Inclusiva, para reconocer sus esfuerzos en integrar a personas refugiadas y migrantes.
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Ese sello fue presentado en mayo pasado y convocó a compañías y cámaras del sector privado en todo el país a postular por este reconocimiento, por sus esfuerzos en la empleabilidad de personas en movilidad humana, su inclusión en cadenas de valor, su formación, sensibilización sobre la temática y compromiso y apoyo a la inclusión.
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“Partimos de la base que sabemos que las personas en movilidad humana pueden aportar mucho al sector privado,” dijo Giovanni Bassu, representante de Acnur en Ecuador, quien aseguró que “el reconocer a las empresas por brindarles trabajo, formación, apoyo, entre otros, es reconocer que apostarle a la inclusión es mejor negocio”.
Para Gabriela Sommerfeld, vicepresidenta de Pacto Global de Naciones Unidas Red Ecuador, “con la inclusión de esta población se benefician las empresas y se beneficia la economía. Y además permite dar un valor agregado a las comunidades locales que son quienes han estado abriendo las puertas a las personas refugiadas”.
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Por ello se considera que la regularización de la población venezolana en Ecuador es una oportunidad de aumentar la capacidad productiva del país.
En esta primera edición del reconocimiento se involucraron empresas de todo el país y de varios sectores productivos, tanto corporaciones como pequeñas y medianas empresas:
- 3M Ecuador
- Adecco Ecuador
- AEVD
- Antroproyectos S. C.
- AR Holdings
- Asiservy
- Baguette
- Banco Guayaquil
- Banco Pichincha
- Bogati
- BP Cía. Ltda.
- Cacmu
- Calbaq
- Cámara de Comercio de Huaquillas
- Capuchón Flowers
- Catu
- Cevichería El Gato Portovejense
- Clínica Ambato
- Comisariato La Habana
- Cooperativa La Floresta
- Corporación El Rosado
- DHL Express Ecuador
- Difare
- Dikapsa
- Distablasa
- EasyPagos
- Eurofish
- Family Market
- Fashion Club
- General Motors
- Glamorous Remi
- Goza Expresso
- Grupo Entregas
- Grupo PJ S. A. S.
- Hotel Oro Verde Cuenca
- Hotel Oro Verde Manta
- Hotel Sangay
- Imperial Bottling Company
- Intaco
- Intiarome / Lule
- J3M Global
- Marbelize
- Morogrill
- Nutri
- Ofilimpia
- Praive
- Procosméticos
- Produbanco
- Pronaca
- Renova y Diseña
- República del Cacao
- Saludsa
- Selina Cuenca
- Tata
- Tesquimsa
- Ucacsur
- Unilever Andina Ecuador
- Wellness Group
- Working Up
- YUPI Snacks
“Ecuador puede convertir a la población refugiada en un motor productivo para el país,” indica Fernando Echeverría, director adjunto de Inclusión a la Comunidad Extranjera del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana. Mientras que Galo Flores, subsecretario de Mipymes y Artesanías del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, felicitó “el trabajo de las empresas. Esto se tiene que convertir en una oportunidad para que nadie se quede atrás”.
El sello Empresa Inclusiva es parte de la iniciativa Empresas con Personas Refugiadas, que busca visibilizar las buenas prácticas de inclusión del sector privado. Las empresas y cámaras que obtuvieron el sello recibieron una placa de reconocimiento, además de asesoría técnica, uso gratuito de la bolsa de empleo Sin Fronteras, guías prácticas de contratación y catálogos de productos y servicios, entre otros beneficios.
“Pretendemos dar visibilidad a las empresas que se atrevieron a romper la exclusión. Es hora de integrar la diversidad y aprovechar la riqueza que esta nos da. Tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos”, dijo Paúl Arias, director ejecutivo de la Fundación Crisfe en representación del programa Sin Fronteras. (I)