El Banco Mundial (BM) actualizó su previsión sobre el desempeño de la economía ecuatoriana y estima una tasa de crecimiento de 2,3 % del producto interno bruto (PIB), al cierre de 2025, según el informe Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento, que fue presentado el 7 de octubre.
La proyección significa una leve mejoría frente al inicial 1,9 %, anunciado en abril pasado.
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La previsión de 2,3 % es de las más bajas de la región, aunque está por encima de países como Haití (-2 %), Bolivia (-0,5 %), México (0,5 %), Trinidad y Tobago (1,4 %) y Jamaica (2 %).
El nuevo pronóstico del BM se mantiene a más de un punto porcentual de distancia con la estimación del Banco Central del Ecuador (BCE), que prevé un crecimiento del 3,8 %.
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La visión del multilateral se anuncia en momentos que en Ecuador existen movilizaciones sociales y paralización de actividades en varias provincias, a raíz del descontento de algunos sectores sociales que se oponen a la eliminación del subsidio al diésel -alegando encarecimiento del costo de vida- y otras medidas económicas.
Para los años 2026 y 2027, el Banco Mundial considera que el crecimiento económico de Ecuador se mantendría en el orden del 2,5 %, sin mayor variación a lo esperado en 2025.
Banco Central eleva a 3,8 % la previsión de crecimiento económico de 2025
A nivel regional, el Banco prevé que la tasa de crecimiento de América Latina y el Caribe (ALC) aumente ligeramente del 2,2 % en 2024 al 2,3 % en 2025.
“La trayectoria de crecimiento de la región sigue estando determinada por persistentes desafíos estructurales y un entorno global más limitado, por lo que ALC vuelve a encontrarse entre las regiones de menor crecimiento del mundo”, recoge el informe.
Los países que más crecerán este año son Guyana (11,8 %), Argentina (4,6 %) y Paraguay (4,2 %).
El Banco Mundial observa que el bajo crecimiento regional refleja impedimentos estructurales profundamente arraigados, deficiencias institucionales de larga data, un entorno regulatorio a menudo excesivamente complejo y carente de incentivos al emprendimiento, deficiencias en infraestructura y déficits críticos en el desarrollo de capital humano.
El sector privado se mantendrá como el principal motor de la demanda agregada en 2025. No obstante, la inversión seguirá siendo moderada, limitando el dinamismo general. (I)