El sector bananero refuerza sus controles para detectar y enfrentar la bacteria Ralstonia solanacearum raza 2, más conocida como moko, en la provincia de Los Ríos, la que mayores brotes de la plaga presenta a nivel nacional.
Para hacer frente a la plaga, la Prefectura y AEBE firmaron un convenio de cooperación interinstitucional para la creación de brigadas de bioseguridad en el marco del proyecto SafeBanana de AEBE. La iniciativa prevé monitoreos, prevención y control de la propagación no solo del moko, sino también del hongo Fusarium raza 4, que aún no ha sido detectado en Ecuador, pero está presente en varios países de la región: Colombia, Perú y Venezuela.
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Según la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), la plaga ha sido identificada en quince provincias: Bolívar, Cotopaxi, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Loja, Los Ríos, Manabí, Napo, Orellana, Pastaza, Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas, Sucumbíos y Zamora Chinchipe, afectando a diferentes tipos de musáceas.
Sin embargo, en Los Ríos ha sido detectada con más fuerza. En julio pasado, según la agencia, en la provincia había un total de 2.491 hectáreas con presencia de la plaga; pero este viernes, 27 de septiembre, la Prefectura de Los Ríos y la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE) actualizaron la cifra, que subió a 2.637 hectáreas, es decir, 146 hectáreas más.
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En el 2023, las hectáreas afectadas con el moko en Los Ríos fueron 1.715.
De acuerdo con AEBE, Los Ríos es la provincia con más producción bananera del país, con 69.380 hectáreas y con una participación del 42,60 %. Además, genera 55.000 plazas de trabajo y representa ingresos por ventas de alrededor de $ 1.439,93 millones. José Antonio Hidaldo, director ejecutivo de AEBE, aseguró que la plaga ya impacta en las exportaciones de la fruta. Según cifras del gremio, las exportaciones continúan ralentizadas y hasta agosto se han dejado de enviar 4,6 millones de cajas de banano en comparación con el mismo periodo del 2023, esto es, -1,83 %.
Hasta $ 0,20 por caja de banano les cuesta a productores protegerse contra el moko
Mientras tanto, sobre los recursos para este proyecto entre AEBE y la Prefectura de Los Ríos, el prefecto Johnny Terán reveló que la Prefectura aportará con un presupuesto de $ 390.000 para el plan contra el moko, mientras que Hidalgo aseguró que AEBE también asignará una contraparte de $ 500.000.
Aseguró que en estos esfuerzos también tiene que ver el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). “Es parte del MAG. Aquí estamos hablando de un tema de trasladar fondos de forma más ágil a una institución sin fines de lucro que agrupa a todo este sector”, sostuvo Terán.
Por su parte, Hidalgo también señaló que esta iniciativa se suma a los trabajos que se vienen haciendo con el MAG. Además, refirió que AEBE representa el 70 % de las exportaciones de banano del Ecuador y el 65 % de la producción a nivel nacional. El dirigente también aclaró las diferencias entre el moko y el Fusarium raza 4. “El moko bacteriano es una bacteria de la que se puede recuperar, pero el Fusarium raza 4, al ser un hongo, una enfermedad que le da al suelo, se queda en el suelo por 40 años. Si es que llegamos a tener presencia de Fusarium, justamente este sería una prueba de lo que estamos pasando con el moko...”.
Mientras, Paúl Vera, director del Observatorio Estadístico de Banano de AEBE, y quien lidera el proyecto, explicó que se van a desarrollar dos fases. La primera es un diagnóstico para detectar todas las condiciones frágiles y vulnerables de los predios bananeros de la provincia. Esto, según el experto, va a servir para determinar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad que tienen las fincas, determinar los riesgos de transmisibilidad de estas bacterias y hongos, así como conocer las condiciones de salud de las plantaciones.
“Con estos tres factores nosotros hacemos una barrera de riesgo, que es la que nos permite poder dirigir nuestros esfuerzos hacia aquellos lugares que son más vulnerables”, explicó Vera.
En tanto, en la segunda etapa entran las brigadas de bioseguridad, que son monitoreos planta a planta, inspecciones y controles para detectar oportuna y tempranamente cada uno de los posibles brotes que se presenten. “Una vez que lo hemos identificado, tenemos varios mecanismos: primero, tenemos detección temprana rápida para no salir de la finca sin un posible resultado; luego de eso, el confirmatorio lo hacemos en conjunto con Agrocalidad; y, una vez que ya tenemos un positivo, entramos con la etapa de intervención... Y paralelamente a esto vamos a hacer dos programas formativos”, especificó el experto.
Estos trabajos tomarán aproximadamente de seis a ocho meses. (I)