En América Latina hay más de 40 millones de hogares sin conexión a Internet, de los cuales, la mitad están ubicados en las regiones de escasos recursos. De ahí el desafío de la región por conseguir la inclusión y transformación digital, sobre todo en la pandemia de coronavirus que ha dejado a niñas, niños y adolescentes sin la oportunidad de asistir a clases.

Datos del Observatorio Regional de Banda Ancha de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señalan que 77 % de hogares rurales no están conectados, al igual que 42 % de las personas menores de 25 años y 54 % de las mayores de 66 años.

La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, recordó que hay un tercio de la población de Latinoamérica que aún no tiene acceso a Internet. Lo dijo durante la reciente VII Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, que organizó esa institución junto a Ecuador, que tiene la Presidencia del evento durante dos años.

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“La actual coyuntura, marcada por una profunda crisis desatada por la pandemia del COVID-19, ha puesto de manifiesto la relevancia de las tecnologías digitales y cómo su uso ha sido esencial para el funcionamiento de la economía y la sociedad”, indicó Bárcena.

En ese sentido, el ministro de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, Andrés Michelena Ayala, presentó una propuesta para que los países den menos del 1 % de su Producto Interno Bruto (PIB) para conformar un fondo latinoamericano de despliegue rural de infraestructura de telecomunicaciones.

“Una canasta básica para la población no conectada costaría anualmente alrededor del 1 % del PIB en la región”, comentó la representante de la Cepal.

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Bárcena señaló que, uno de los desafíos del continente, es mejorar la velocidad de descarga. “Esto tiene repercusiones sociales de gran magnitud. El 46 % de los niños y niñas de entre 5 y 12 años viven en hogares que no están conectados. Más de 32 millones de niños y niñas no pueden acceder a soluciones de teleeducación”.

Ella habló de tres retos, según publicó la ONU:

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  • Universalizar el acceso y la asequibilidad a las tecnologías digitales
  • Avanzar en digitalización para la sostenibilidad ambiental
  • Lograr una transformación digital productiva real

“Debemos pensar cómo usamos la digitalización, cómo transformamos lo que estamos haciendo en materia digital y lo ponemos al servicio de una recuperación pospandemia que esté basada en la sostenibilidad ambiental y en la igualdad, en la inclusión”, añadió Bárcena. (I)