La Cuenca del futuro, que este martes 3 celebra el bicentenario de su independencia, debe tener tres características básicas: moderna, planificada y descentralizada. Esa es la visión y el anhelo de su gente que celebrará en medio de las restricciones de la pandemia del COVID-19.

La expansión hacia las zonas rurales obliga a pensar que los servicios y proyectos deben ir más allá de determinados barrios, pues los 600.000 habitantes se están alejando de lo urbano para ir hacia la periferia.

Pero también se requieren mejorar procesos para permitir que la inversión privada se quede en la ciudad, coinciden un exalcalde, un dirigente barrial, un líder rural y un vocero del sector comercial.

Publicidad

El objetivo, exponen, es hacer una Atenas del Ecuador más competitiva y repotenciarla como un referente político, industrial y social.

Con esta perspectiva, dicen, debe iniciarse un nuevo camino luego del bicentenario.

Jaime Moreno, Cámara de Comercio de Cuenca

Publicidad

Para el presidente ejecutivo de dicho gremio, Cuenca debe recordar en el bicentenario cuáles son los principios y valores democráticos que le permitieron llegar hasta esta instancia.

“Tenemos ventajas como un tejido empresarial sólido y que actúa con apego a la ley. Cuenca no solo se proyecta al país, sino al mundo a través de línea blanca, cerámica plana, artesanías y otras áreas”, expresa.
Moreno considera que la ciudad del futuro debe tener acceso al trabajo como derecho fundamental y para eso el Municipio debe modernizarse con una cultura de calidad.

Publicidad

“Lo que nos hace falta es la decisión política no de labios para afuera sino materializarla”, dice el director ejecutivo.

Destaca que los principales grupos económicos del país están en Cuenca, pero no pueden quedarse en la ciudad. “El rato que el Municipio tenga celeridad, seguridad jurídica, oportunidad, el sector privado va a volar”, menciona él.

José Pesántez, expresidente de la Federación de barrios

Según el dirigente, Cuenca necesita desarrollarse con una visión macro y para ello el Municipio y los gobiernos parroquiales deben incorporar urbanistas, para hacer una planificación amplia porque la ciudad está creciendo y debe ir hacia un cambio total, dice.

Publicidad

“Por ahora el centro de la ciudad vive una saturación de transporte con el tranvía, buses y ciclovías en calles antiguas y estrechas, por lo que la visión debe ser más amplia para conectar a las periferias, pues aquí existen más de 300 barrios que tienen necesidades en común como vialidad, seguridad y acceso a las oficinas municipales”, cita Pesántez.

Agrega que ya es hora de que la Atenas del Ecuador se convierta en una ciudad digital, para avanzar con la tecnología a diferentes sectores. Sostiene que hay que llevar a la práctica la descentralización y de la mano de autoridades y dirigentes plasmar lo que se debe hacer.

Carlos García, consorcio de juntas parroquiales

Para el presidente del consorcio de gobiernos parroquiales del Azuay, Cuenca debe crecer hacia lo rural, pero de manera ordenada. Si el crecimiento es desordenado será más difícil tener un desarrollo económico, turístico y productivo que, en definitiva, afectará la calidad de vida de la gente, sostiene.

“Con esta armonía se pueden priorizar temas productivos, ambientales y culturales, pues en las políticas de crecimiento se deben considerar todos los aspectos que mantenga y fomenten la identidad de los ciudadanos”, dice.

Fernando Cordero, exalcalde de Cuenca

“No hemos conseguido los objetivos que se propusieron los patriotas, pues no solo querían independizarse de la colonia española, sino mejorar las condiciones de vida, democratizar la sociedad, reducir las inequidades, eliminar las injusticias y eso todavía hay razones más que suficientes para pensar que nos quedan debiendo el tiempo”, menciona el exalcalde.

Señala que en el futuro, con un país sin centralismo, el rol que deben jugar ciudades como Cuenca es ser cabezas de región, en la zona sur del país. Está obligada a serlo, los cuencanos tenemos suficientes razones históricas, políticas, económicas, culturales como para liderar en serio este proceso de descentralización. “Lo que necesitamos hoy son líderes políticos para recuperar la voz de Cuenca”, dice Cordero. (I)