Los ecosistemas naturales nos proveen de servicios ambientales como la mitigación del cambio climático, el secuestro del carbono causante del efecto invernadero, la provisión de agua y aire de calidad y el ciclado de los nutrientes, entre muchos otros. También la reducción de la transmisión de enfermedades es un servicio ecosistémico. Pero los ecosistemas degradados dejan de prestar esos servicios o lo hacen de manera menos eficiente.















