El ministro brasileño de Medio Ambiente, Ricardo Salles, declaró esta semana que el gobierno iba a estudiar pronto nuevas normas que regirán en la industria minera de ese país.

Esto luego de que Vale, que lidera una industria minera formada por más de 8.000 empresas, protagonizó el 25 de enero último un accidente que causó al menos 99 muertos y 259 desaparecidos tras la ruptura de un dique en una mina de Brumadinho, en el sureste de Brasil.

Los enormes recursos mineros de Brasil han impulsado su economía desde hace siglos, pero dos catástrofes en tres años han teñido esa riqueza de sangre y de lodo.

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El año pasado, el mineral de hierro representó cerca del 17% de las exportaciones brasileñas, generando unos ingresos de más de $ 20.000 millones de dólares.

En noviembre de 2015, el primer productor mundial de mineral de hierro ya estuvo implicado en una catástrofe similar, que dejó 19 muertos y provocó enormes daños medioambientales, cerca de Mariana, a 120 km de Brumadinho.

Los dos desastres ocurrieron en el estado de Minas Gerais (sureste), donde se concentra la mayoría de la actividad minera. El nombre de ese estado significa, de hecho, "minas generales".

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Según los datos de la Asociación Brasileña de la Industria Minera (IBRAM), más de 180 millones de toneladas de hierro se extraen cada año de Minas Gerais.

Ese metal genera una gran demanda, sobre todo por parte de China, que es, de lejos, el primer comprador de hierro brasileño (54% de las exportaciones del mineral van al país asiático), por delante de Japón y Malasia.

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Brasil, que tiene más de 300 minas activas, dispone también de grandes cantidades de oro, bauxita, níquel y manganeso, así como de la segunda mayor reserva de uranio del mundo.

El país produce también el 98% de la oferta mundial de niobio, un metal ligero utilizado en la siderurgia y la aeronáutica.

Impacto medioambiental

La mina de Vale en la que cedió un dique el viernes producía entre el 2 y el 7% del mineral de hierro de la compañía.

Aunque aún es demasiado pronto para determinar con precisión el impacto medioambiental de la catástrofe, la conmoción causada en Brasil permitirá probablemente reforzar las normas de seguridad del sector.

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Las reformas se consideran especialmente urgentes ya que es el segundo accidente de este tipo en tres años, lo cual sugiere que ni Vale ni las autoridades brasileñas sacaron enseñanzas del desastre de Mariana.

Un endurecimiento normativo en el sector minero iría en contra de las promesas del nuevo presidente, Jair Bolsonaro, sobre una reducción de las reglas en materia de protección del medio ambiente.

El modelo de dique de Brumadinho no se utiliza en todas las minas brasileñas. Según la Agencia Nacional de Aguas, 204 de los 790 diques mineros del país presentan riesgos altos, ya sea para las vidas humanas o para el medio ambiente.

El director ejecutivo de Vale, Fabio Schvartsman, anunció el martes el desmantelamiento de 10 diques cuyas estructuras son similares a la que cedió en Brumadinho.

Esas operaciones reducirán en 40 millones de toneladas la producción anual de mineral de hierro de Vale, esto es, un 10% de la producción.

La noticia provocó un alza de los precios del mineral de hierro, ya que el mercado anticipó una reducción de la oferta mundial. (I)