La decisión de Rafael Correa de no volver al país a enfrentar su enjuiciamiento para que no “lo masacren” lo convierte en el cuarto expresidente que se va o permanece en otro país para eludir el riesgo de ir a la cárcel. Así se suma a Abdalá Bucaram Ortiz, que estuvo veinte años en Panamá esperando a que sus procesos prescriban; a Jamil Mahuad, que nunca regresó de Estados Unidos, y a Gustavo Noboa, que pasó un año y medio en República Dominicana.