El secuestro de Fernando Balda en Bogotá, el 13 de agosto de 2012, duró menos de una hora, según testimonios recabados por la justicia colombiana, y tres años más tarde, sentenció a cinco personas. Pese a este proceso en Colombia y a las denuncias ante la Fiscalía ecuatoriana, entonces a cargo de Galo Chiriboga, el caso pasó inadvertido en Quito hasta que en enero de este año fue reabierto por el fiscal Carlos Baca.