Luego de más de media hora de trayecto en carro particular por un camino vecinal sinuoso, rodeado en su mayoría de sembríos de arroz, se llega al recinto Rinconada, ubicado a 40 minutos del cantón Palestina, en Guayas. Ahí donde termina el paso se levanta la vivienda de Édison Medina, un agricultor que está preocupado por la crisis en el sector arrocero, la falta de empleo y la desatención en el campo.

Una preocupación que comparte su vecino, Pedro Alcívar, otro agricultor de 59 años que dice que cuando hay trabajo a veces se gana diez dólares diarios y conoce las quejas de los arroceros porque no pueden vender su producto.

Ambos están interesados en la situación del país y se sienten motivados a acudir a las urnas para participar en la consulta popular y referéndum, proceso al que están convocados , a nivel nacional, 13’026.598 electores: 9’778.119 de la zona urbana (75 % del electorado), 2’853.221 en la zona rural que representan casi un 22% y 395.178 en el exterior (3 %).

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En un recorrido efectuado la semana pasada en cuatro recintos de Guayas y Los Ríos y tres caseríos de Tungurahua, asentados en zonas apartadas, se evidenció la falta de información sobre el contenido de las siete preguntas, una situación que también se da en la zona urbana. Unos señalaron que así no conozcan los temas sufragarán para obtener el certificado de votación porque es necesario para algún trámite. Otros admiten tener solo una idea de los temas.

Medina dice que solo por las noticias que escucha por radio y televisión y la orientación que le dan sus hijos, que son profesionales, se ha podido enterar en parte del contenido. “No vamos a votar por candidatos sino por el futuro del país. Me interesan todas (las preguntas), la del Yasuní, la Ley de Plusvalía, la de los delitos sexuales...”, comenta.

Shirley, una ama de casa de 42 años que vive en una finca del recinto Tierra Seca, a quince minutos en tricimoto de la parroquia Junquillal, del cantón Salitre, reconoce que no sabe de qué se trata la consulta.

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“Por ahí medio veo las noticias, pero no estoy bien informada”, admite esta mujer que pese a ello votará en Junquillal y llevará a su madre de 67 años que utiliza silla de ruedas. “La voy a llevar porque póngase que pidan ese papel para el bono”, señala.

A pocos metros del río Pula viven los esposos Alfredo y Mélida, habitantes del recinto Palizada, perteneciente a la parroquia rural Antonio Sotomayor o más conocida como Playas de Vinces, del cantón Vinces en la provincia de Los Ríos.

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Mientras, ella hace una pausa a sus quehaceres domésticos y él a un breve descanso, señalan que muy pocos visitan Palizada, uno de los últimos recintos que limita con Guayas y al que se accede luego de más de media hora en vehículo particular por un acceso vecinal que por tramos se vuelve angosto. Por eso, dicen, que la única fuente de información son la radio y televisión. “Estamos como botados, por la televisión salen (las preguntas) pero la letra está chiquita (...)”, cuenta Mélida.

La falta de conocimiento de las siete preguntas también se da en zonas rurales de Tungurahua. “No sé de qué mismo se trata (...). Algo escucho para proteger para que los niños no sean abusados sexualmente”, señala María, que vive en el caserío Yanahurco, del cantón Mocha. Mientras, en el caserío Bellavista de la parroquia Mariano Benítez del cantón Pelileo, Diana y Gloria están más preocupadas por la falta de empleo. “No me he interesado en saber algo de la consulta porque se sabe que si uno no trabaja, no se tiene para comer (...)”, dice Diana.

Estamos desinformados (...). Sí las he leído un poco por ahí. Nadie del Consejo Nacional Electoral ha venido por aquí. Más asunto le he puesto a una pregunta que otra”.Ciro, Agricultor de recinto Tierra Seca

(I)