Tras varios meses de investigación, la Fiscalía concluyó que el vicepresidente Jorge Glas y su tío Ricardo Rivera, en conjunto con otros funcionarios públicos y empresarios, cometieron el delito de asociación ilícita. Los acusó, entre otros calificativos, de haber liderado una “organización delictiva y criminal” o de haber propiciado un “consenso de voluntades para delinquir”. Los llevó a juicio y la Corte Nacional de Justicia (CNJ) le dio la razón en sus tesis.