Casi todos los maestros se han encontrado con este escenario: un niño llega a la escuela sin saber leer. Tiene dificultad para reconocer las letras y tiene problemas con los sonidos que hace cada letra. Tiene poco o ningún vocabulario de palabras reconocibles a la vista y tiene un interés limitado en libros o cuentos o simplemente perdió el interés por la lectura. Los padres y maestros del estudiante dedican más tiempo y utilizan técnicas de motivación para alentarlo a leer. Sin embargo, todavía no desarrolla las habilidades de lectura que necesita para poder comprender el significado del texto con la velocidad, la fluidez y la comprensión que necesita. Es aquí cuando la tecnología se convierte en un gran aliado.