Ingenieros diseñaron unos robots en miniatura, que cambian rápida y reversiblemente de estado líquido a sólido, al estilo del villano T-1000 de la cinta de ciencia ficción Terminator 2: Judgment Day (1991).

Además de cambiar de forma, los robots son magnéticos y conductores de electricidad.

Los investigadores _cuyo trabajo se publicó en la revista Matter_, sometieron a los robots a una carrera de obstáculos y pruebas de movilidad y cambio de forma, entre las que destaca un diminuto modelo con forma de persona que atraviesa los barrotes de una celda cambiando de estado.

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El equipo creó el nuevo material de cambio de fase, denominado “máquina magnetoactiva de transición de fase sólido-líquido”, incrustando partículas magnéticas en galio, un metal con un punto de fusión muy bajo (29,8 °C).

“Las partículas magnéticas tienen dos funciones”, explica Carmel Majidi, autor principal e ingeniero mecánico de la Universidad Carnegie Mellon. “Una es que hacen que el material responda a un campo magnético alterno, de modo que se puede, por inducción, calentar el material y provocar el cambio de fase. Pero las partículas magnéticas también dan a los robots movilidad y la capacidad de moverse en respuesta al campo magnético.”

Esto contrasta con los materiales de cambio de fase existentes, que dependen de pistolas de calor, corrientes eléctricas u otras fuentes de calor externas para inducir la transformación de sólido a líquido. El nuevo material también presenta una fase líquida extremadamente fluida en comparación con otros materiales de cambio de fase, cuyas fases “líquidas” son considerablemente más viscosas, detalla Europa Press.

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Mientras que los robots tradicionales son duros y rígidos, los blandos tienen el problema contrario: son flexibles pero débiles, y sus movimientos son difíciles de controlar. “Dotar a los robots de la capacidad de cambiar entre los estados líquido y sólido los dota de más funcionalidad”, afirma Chengfeng Pan, ingeniero de la Universidad China de Hong Kong que dirigió el estudio. (I)