El Día de Muertos es una tradición que se celebra cada 2 de noviembre en México y se basa principalmente en rendir homenaje a aquellos seres queridos que ya no se encuentran en el plano terrenal.

Esta costumbre cuenta con varios elementos que hacen que el ritual destaque y tenga un peso cultural desde hace siglos, entre estos se encuentra el copal, una resina aromática que se saca de los árboles de la familia Burseraceae (se encuentra principalmente en Oaxaca) y se usa como un incienso purificador, explica TV Azteca.

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Los altares de muertos son parte de la tradición mexicana | Foto: Freepik

El copal como elemento principal del Día de Muertos

La creencia en torno a este mineral es es que el aroma que emite servirá de guía para que el alma pueda llegar al altar que se encuentra en el mundo de los vivos. También se piensa que el olor del copal tiene la capacidad de purificar el ambiente y de alejar los espíritus malos, de modo que los fallecidos puedan visitar a sus seres amados en la Tierra.

Leyendas latinoamericanas por el Día de los Muertos

El origen del copal como incienso

El Gobierno de México afirma que el uso de esta resina se origina desde la época prehispánica y se ha mantenido hasta la actualidad.

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Este elemento tiene una gran demanda en festividades religiosas en estados como Oaxaca, donde estas celebraciones cobran una gran importancia dentro de comunidades donde se mezclan las raíces indígenas con el cristianismo.

Aunque existen varios tipos de copales, el más popular es el blanco, esto se debe a que tiene una amplia distribución geográfica que va desde el suroeste de Chihuahua y el oeste de Durango hasta Honduras y El Salvador.

Se le conoce también como copal amargo, amargoso, chino y chino colorado, cimarrón, cristal, negro, santo o de la virgen, copalillo, chichiacle, tetlate, torote blanco, chutama, incienso y jaboncillo.

(I)

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