Para muchos, el viernes 13 no es una fecha más en el calendario: evitan firmar contratos, organizar eventos importantes o incluso salir de casa. Pero, ¿de dónde proviene esta creencia que asocia el viernes 13 con la mala fortuna?
La respuesta se encuentra en una mezcla de tradiciones religiosas, mitos antiguos y hasta referencias culturales modernas.
En la Biblia
El número 13, desde tiempos remotos, ha estado vinculado con lo trágico, lo caótico y lo inevitable. En la Biblia, por ejemplo, el capítulo 13 del Apocalipsis introduce a la bestia, símbolo del Anticristo.
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Además, durante la Última Cena de Jesús, fueron trece los comensales, siendo Judas —el traidor— uno de ellos. Como si fuera poco, la crucifixión de Cristo también ocurrió un viernes, lo que refuerza el temor hacia esta combinación de día y número.
Mitología nórdica
Las culturas nórdicas también alimentaron esta idea. En la mitología nórdica, el 13 se relaciona con Loki, un Dios conocido por su astucia y engaños.
Tarot
Otras leyendas del norte de Europa hablan de trece entidades malignas que sembraban el caos. Incluso el tarot aporta a esta visión lúgubre, ya que la carta número 13 representa la muerte, aunque en un sentido de transformación.
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Cine
La cultura popular no se ha quedado atrás en reforzar esta superstición. En 1980 se estrenó la película Viernes 13, que introdujo al aterrador personaje Jason Voorhees, volviendo aún más siniestra la percepción de esta fecha. Desde entonces, el cine de terror ha contribuido a consolidar el viernes 13 como símbolo de infortunio.
Mitología romana
Sin embargo, no todo está teñido de oscuridad. Algunos estudiosos y creyentes de lo esotérico sostienen que este día posee un significado más profundo y hasta positivo.
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El viernes deriva de Veneris dies, en referencia a Venus, la diosa romana del amor, la belleza y la fertilidad. Para muchas culturas antiguas, este era un día sagrado dedicado a honrar lo femenino y lo espiritual.
Por su parte, el número 13 también puede interpretarse como un símbolo de renovación. Representa el comienzo de un nuevo ciclo, ya que tras el 12 (meses del año, signos zodiacales, horas del reloj) surge algo distinto, una oportunidad para el cambio.
(I)