Los fieles católicos vivirán este domingo 19 de marzo el cuarto domingo de Cuaresma, que además es considerado un día de precepto por ser la fiesta de San José.

“El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa; y se abstendrán además de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor, o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo”, se indica en el Derecho Canónico.

El próximo 19 de marzo, la Iglesia recuerda a San José, como esposo de María y padre adoptivo de Jesús.

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En lo concerniente a la palabra que se leerá este domingo es el evangelio de San Juan, capítulo 9, versículos 1, 6-9, 13-17 y 34-38 que dice:

“En aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Entonces escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego, y le dijo: ‘Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)’. Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: ‘¿No es ese el que se sentaba a pedir?’. Unos decían: ‘El mismo’. Otros decían: ‘No es él, pero se le parece’. El respondía: ‘Soy yo’. Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: ‘Me puso barro en los ojos, me lavé y veo’. Algunos de Los fariseos comentaban: ‘Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado’. Otros replicaban: ‘¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?’. Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: ‘Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?’. Él contestó: ‘Que es un profeta’. Le replicaron: ‘Has nacido completamente empecatado, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?’. Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: ‘¿Crees tú en el Hijo del hombre?’. Él contestó: ‘¿Y quién es, Señor, para que crea en él?’. Jesús le dijo: ‘Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es’. Él dijo: ‘Creo, Señor’. Y se postró ante él”. (I)