La falta de limpieza en un cuchillo puede hacer que las bacterias en una proteína terminen en la barra de pan que vamos a consumir. La falta de higiene en la manipulación de alimentos crudos, carnes, pescados, frutas y verduras genera que los microorganismos perjudiciales para la salud ingresen al cuerpo, y además, son resistentes a los antibióticos.

De acuerdo a Lab Tests Online, las bacterias poseen mecanismos que les permiten adaptarse a las distintas situaciones ambientales. Ante el uso de antibióticos, tanto en animales como en humanos, las bacterias desarrollan formas de evadir estos medicamentos.

Las bacterias resistentes a uno o varios antibióticos son microorganismos causantes de infecciones, que disminuyen la capacidad de tratamiento.

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¿Cómo se hacen resistentes las bacterias?

“Lo principal es mediante la presión selectiva que se produce cuando todas las bacterias no son sensibles al antibiótico usado para tratar la infección y las bacterias que sobreviven pueden seguir multiplicándose. Esto crea una población bacteriana que es resistente al antibiótico al cual se ha expuesto la bacteria”, establece Melissa Brower, de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

La cadena alimenticia está formada por una serie de eslabones: el ser humano es el último. Por esto, es importante prevenir las infecciones lavándonos frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas y evitando el contacto de los alimentos con enfermos.

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Los consejos de la OMS:

  • Mantener limpia la zona de trabajo.
  • Separar alimentos crudos y cocinados.
  • Mantener los alimentos crudos y cocinados a temperaturas seguras.
  • Elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.
  • Desinfectar las zonas donde manipulamos alimentos.