Una vagina saludable está poblada de bacterias. Tiene su propia microbiota, que varía de una mujer a otra. ¿Qué la mantiene saludable? El balance entre las bacterias ‘amigables’ y las ‘malas’. Mientras las primeras dominen, todo estará bien. ¿Qué rompe ese balance? Los antibióticos (que podemos tomar para una infección en otra parte del cuerpo), las duchas, la vestimenta demasiado ajustada, productos como los espráis o los dispositivos de control de la natalidad.