Se dice que nuestro cuerpo tiene diversas formas de manifestar cuando algo no funciona bien. Pero no siempre es así: hay males discretos que no avisan su llegada, hasta que empiezan a provocar daños irreversibles (incluso algunos que llevan a la muerte). Se les llama enfermedades silenciosas y entre ellas está la hipertensión, llamada así a la presión arterial alta.
Esta condición se refiere a que la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias es demasiado alta y de forma constante. Esto significa que el corazón debe trabajar más para bombear la sangre y, si no se controla, puede perjudicar a los órganos más importantes del cuerpo, como el corazón, los riñones y los vasos sanguíneos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Cada 17 de mayo las entidades sanitarias de todo el mundo recuerdan el día mundial de la hipertensión, justamente para hacer conciencia sobre la importancia de medir la presión arterial con precisión y controlarla. Es un esfuerzo necesario especialmente para Ecuador.
Las patologías cardíacas y las enfermedades cerebrovasculares (infartos cardíaco y cerebral), conocidas complicaciones de la presión arterial elevada, son las dos primeras causas de fallecimiento en el país (sin contar las muertes violentas). Así lo afirma el último Registro Estadístico de Defunciones Generales, publicado en septiembre del 2024, con cifras al 2023.
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La presión arterial tiene dos componentes: la presión diastólica y la presión sistólica. Se miden simultáneamente porque se refieren a diferentes fases del ciclo cardíaco. Por eso cuando se mide la tensión hay dos valores.
La cardióloga Patricia Delgado Cedeño, directora del Instituto Ecuatoriano del Corazón, explica que hay tres tipos de pacientes de acuerdo con su presión arterial. Están los normotensos, cuya presión arterial se sitúa por debajo de 120/80. Aquellos que tienen presión elevada, hasta 139/89. La lectura de 140/90 en adelante significa hipertensión.
Prevención para las mujeres
La presión arterial elevada afecta tanto a hombres como a mujeres. La edad y el sexo influyen en la prevalencia y la gravedad. Los hombres tienen mayor riesgo de hipertensión en edades más jóvenes, mientras que las mujeres tienen mayor riesgo en la edad adulta y mayor.
Aunque el Registro Estadístico de Defunciones Generales encontró que fallecen más hombres que mujeres (57.9% vs 42.1% del total de 87.733 decesos a nivel nacional), en el caso de ellas la proporción de muertes por cardiopatías es mayor y ha ido en aumento. Para la doctora Delgado este hecho es de grave preocupación.
“Dentro de la cardiología existen diferencias fundamentales entre el hombre y la mujer”, aclara la especialista. “Los estrógenos, los andrógenos y la progesterona, hormonas que comienzan a producirse en nuestros ovarios desde los 10 años, hasta los 50, cuando aparece la menopausia, nos mantienen protegidas, nos regalan salud”.
Lo ideal es que antes de que ocurra la menopausia, las mujeres acudan al cardiólogo y pongan en práctica la prevención secundaria, es decir, la detección temprana y el tratamiento oportuno para evitar complicaciones y la progresión de la enfermedad.
Otras formas de prevenir son las que prácticamente recomienda cualquier médico, en cualquier etapa de nuestra vida, pero en especial a partir de los 50 años: practicar 300 minutos de ejercicio a la semana; comer muchas frutas, legumbres, vegetales; procurar ingerir suficiente proteína; disminuir las harinas y los dulces. Nada complicado realmente.
“La enfermedad cardiovascular está matando más a las mujeres, pero equivocadamente se cree que la mortalidad de ellas radica en las enfermedades ‘del bikini’, que son el cáncer de útero y el cáncer de mama”, advierte Delgado.
¿Qué hacer si tengo la presión arterial elevada?
Una vez que usted recibe la lectura de presión arterial elevada, el siguiente paso es ir al cardiólogo. Puede estar en una etapa previa de hipertensión, que bien podría ser irreversible.
De acuerdo con la doctora Delgado, el médico le hará el control denominado MAPA, o Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial. Se trata de una prueba que registra la presión arterial de un paciente a lo largo de 24 horas (día y noche) por medio de un dispositivo móvil.
“El MAPA nos arroja las cifras del día y de la noche, siguiendo el ciclo circadiano. Tenemos unos límites máximos y mínimos para cada momento del día y con eso sacamos una cifra promediada”, ilustra la entrevistada. Se considera que esta lectura es más representativa y real.
En el caso de que en efecto sea hipertenso, el médico le indicará el camino a seguir. La doctora Delgado es optimista en que el paciente se puede convertir en normotenso, que es el objetivo final de la detección temprana, siempre y cuando no existan otros factores de riesgo (obesidad, colesterol, diabetes).
“A un paciente con presiones elevadas tenemos la obligación de decirle que él es el responsable de hacer lo que se llama el tratamiento médico no farmacológico para su condición”, dice la cardióloga. Esto implica bajar de peso, tener un índice de masa corporal debajo de 25, hacer una dieta que sea baja en sal (hasta dos gramos de sal al día), o hiposódica, y rica en potasio (hojas verdes, frutos de las vides, vegetales de raíz, frutas cítricas, legumbres, frutos secos y semillas), porque ayuda muchísimo a la homeostasis (funcionamiento óptimo) cardiovascular.
Asimismo, debe ser capaz de eliminar las bebidas carbonatadas, embutidos, cigarrillos y alcohol, si realmente desea normalizar su presión arterial. (I)