Una verdad incómoda: las parejas vienen grabando sus encuentros sexuales desde hace décadas, casi el mismo tiempo que lleva la generación milenial en la tierra. Así que no necesariamente se trata de un fenómeno actual de los teléfonos inteligentes o smartphones ultra avanzados
Un artículo de la revista TIME de 1990 ya había reseñado sobre este hecho.
El auge de las videocámaras de mano y los VHS en blanco facilitaron el arte de grabarse en la intimidad. De hecho, estos artefactos reemplazaron en la alcoba a las cámaras fotográficas instantáneas (que evitaban la necesidad del revelado en un estudio externo y que los extraños vean sus encuadres eróticos aficionados).
¿Es una tendencia saludable?, se preguntaba entonces el Time. A decir de los psicólogos consultados en dicha nota, su veredicto es que el erotismo casero se puede considerar “una forma segura de animar la vida sexual de una pareja; existe la emoción de lo prohibido, pero no el peligro de, por ejemplo, una aventura”.
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¿Cómo ha cambiado ese concepto en nuestra era de sobredosis de información personal en internet y nuevas tecnologías?
La capacidad de las cámaras de los celulares, el nivel del detalle y la posibilidad de reutilizar los contenidos eróticos, con la posibilidad incluso de subirlos a las redes sociales, ha levantado el morbo por el asunto, opina Rodolfo Rodríguez, psicólogo y sexólogo (@romaec).
Es imposible no recordar que hace poco se difundió en plataformas, aparentemente sin sus consentimientos, un clip de la influencer Isabella Ladera con el cantante Beéle, su expareja. Otros casos infames son los videos filtrados de Paris Hilton, Kim Kardashian y uno de los más antiguos, el de Pamela Anderson con Tommy Lee, cuando eran esposos, que se masificó en las primeras páginas triple X cuando internet estaba creciendo.
¿Acaso alguien recuerda a las parejas con las que estaban Paris Hilton y Kim Kardashian en sus videos filtrados?
El consentimiento disminuye el riesgo (no lo borra)
El consentimiento es requisito incondicional para cualquier práctica sexual, menciona de entrada en psicólogo y sexólogo Diego Guaranda (@psic.diegog) . “Tiene que ser consensuado” o habrá daños posteriores. “La persona está consciente de que el encuentro íntimo puede ser grabado”. Si esa es la base, el riesgo es menor (no nulo), “sobre todo en lo legal, psicólógico y emocional”.
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Esta condición debe cumplirse siempre, sean o no pareja formal. “Sin embargo, es tan sencillo como entender los gustos de tu pareja, si tienen la misma perspectiva”.
Por qué las parejas graban sus encuentros íntimos
“Es importante primero no satanizar ni estigmatizar estas prácticas”, advierte Grecia Valarezo, psicóloga clínica y terapeuta sexual y de parejas (@terapiasexandlove). “Por lo general una pareja que desea grabarse lo hace por ponerle creatividad a la relación, quieren salir de la rutina, hacer algo diferente y verse después, porque les parece excitante”.
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En criterio de Rodríguez, este ejercicio igualmente puede ser atractivo para parejas con relaciones a distancia o que deben separarse por temas laborales, porque les permite “hacer un replay” de lo que han logrado en la intimidad y mantener su frecuencia sexual.
A decir de Valarezo, la grabación de relaciones sexuales podría convertirse en una herramienta terapéutica para explorar la intimidad de una pareja, siempre y cuando ambas partes den el consentimiento, sean maduras, y estén conscientes de lo que esta actividad va aportar en su relación.
“Incluso hay pacientes que me han dicho: ‘No sabía que mi rostro o mi cuerpo se veía así mientras tengo intimidad’. Otra paciente me dijo que se sintió la mujer más guapa y deseada del mundo... Si el contenido es bien utilizado, puede ayudar mucho para conectar, para reforzar el autoestima, el autoconcepto, y tu performance”, considera Valarezo.
Rodríguez está de acuerdo: la persona puede elogiarse, reconocer que tiene ciertas capacidades dentro de su pareja. Inclusive puede encontrar oportunidades de mejora, al analizar sus técnicas amatorias.
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No obstante, el experto no considera que los beneficios superen a la realidad y sus riesgos. “Es una práctica bastante peligrosa en la actualidad y que de realizarse, debe ser bajo parámetros de mucho control y de seguridad. En la actualidad, el común denominador es netamente el morbo y el poder que se obtiene con esa información”. (F)