Somos un matrimonio estable, 36 años de casados con una hija de 25 años y una nieta de 3. La vida nos regaló un bebé hermoso de horas de nacido en la puerta. Lo acogimos con el más grande amor del mundo y sabiendo de la inmensa responsabilidad que implicaba, pues entonces teníamos 51 y 46 años, respectivamente. Hoy tiene 7 años, no acata las reglas ni obedece, solo al padre, que con el dolor del alma tiene que castigarlo con la correa. Hemos intentado de todo y visitado a cuanto psicólogo nos recomiendan. Por un lado es muy amoroso y afectivo, por otra, extremadamente gritón y berrinchudo.


























