La proliferación de grillos ocurre generalmente al iniciar la época de lluvias, es decir, por el mes de diciembre. No obstante, a mediados de ese año se está dando una situación inusual en la ciudad, con alta humedad, altas temperaturas y eventos lluviosos esporádicos.

Estos insectos pueden generar incomodidad, debido a sus característicos saltos y sonidos que, incluso, llegan a generar miedo entre varias personas, llamado entomofobia. No obstante, los grillos son inofensivos para los seres humanos y las mascotas, aunque podrían causar daños en las plantas de jardines o telas de vestimenta, cortinas y otros tejidos.

Durante la mayor parte de la evolución del huevo a ninfa y de ninfa hasta adulto, los grillos la pasan bajo tierra. Con la llegada de las lluvias estos insectos salen a la superficie y mueren entre dos o tres semanas después de su aparición. En total viven en promedio unos seis meses.

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A la hora de reproducirse, el macho fricciona el primer par de alas generando el famoso cri-cri que les caracteriza, atrayendo a la hembra para proceder a la cópula, detalla el portal Protegreen.

Una hembra puede poner sobre 200 huevos durante su fase adulta, que puede variar de los 25 a 30 días en un rango de temperatura de 28 a 30ºC.

Existen diferentes tipos de grillos, pero el más común es el Acheta domesticus, conocido comúnmente como grillo doméstico.

Los grillos son conocidos por su característico ruido y sus extremidades bien desarrolladas, una situación que seguramente hace pensar a muchos que pueden llegar a picar.

El portal insectogrillo detalla que el aparato bucal del grillo se caracteriza por tener una mandíbula desarrollada de tipo masticador. Su boca está constituida por un maxilar de cinco secciones y un labio de tres piezas articuladas, no tienen un aguijón que les permita perforar la piel de manera más invasiva o algo parecido.

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Sus mandíbulas se encargan de separar el alimento que ingieren. Los grillos son insectos omnívoros, por lo cual su boca debe masticar adecuadamente cualquier tipo de alimento, ya sea de origen vegetal o animal.

El aparato bucal del grillo está dividido en secciones, pero no cuentan con un aguijón que permita picar y absorber, ya que necesitan alimentarse tomando pequeños trozos de comida.

Sobre el grillo doméstico, el más común, el portal especializado indica que estos son capaces de morder con su mandíbula, pero no representan ningún peligro para el ser humano, ya que su mordedura no puede herir la piel.

Los grillos tienen un corto ciclo de vida, por lo que su presencia es pasajera. En todo caso, lo aconsejable es mantener cerradas las puertas y ventanas de las casas como una medida paliativa.

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Además, no es aconsejable alejar a estos insectos con insecticidas ya que a más de matarlos se generaría una cadena de envenenamiento de aves y mamíferos que se los comen. (I)