La decisión del Gobierno de Japón de verter al océano Pacífico agua radiactiva utilizada para enfriar los reactores nucleares de la planta de Fukushima que se dañaron por el terremoto que sufrió esa nación en 2011 causa gran debate.

Las autoridades nipones han afirmado que los 1,2 millones de metros cúbicos de agua (cerca de 400 piscinas olímpicas) han pasado por un proceso descontaminante y que han logrado retirar casi todos los elementos que pueden causar algún daño al ambiente, las especies marinas o al hombre. Sin embargo, han reconocido que no han podido retirar el tritio y cuyos niveles están por encima de la norma nacional.

Japón verterá al mar agua de la central nuclear de Fukushima una vez tratada

El tritio es un isótopo presente en la naturaleza, aunque en baja concentración. Las autoridades japonesas han afirmado que el vertido tendrá unos niveles de radiactividad por debajo del tope fijado por la Organización Mundial de la Salud para el agua potable. Pero activistas ambientales y asociaciones de pescadores han mostrado su rechazo por este procedimiento.

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Para Franklin Ormaza, oceanógrafo y profesor-investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), evacuar agua con ciertos niveles de radioactividad es posible siempre que no supere los niveles establecidos por los organismos internacionales de control. Afirma que en el caso japonés el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha acompañado el proceso de descontaminación. Asegura que los filtros que ha utilizado remueven 62 radioisótopos.

“Esta agua ha sido sometida por doce años a este proceso y ha sido desactivada, pero lo que no han podido remover es el tritio, aunque los niveles pueden ser aceptables. Los japoneses están diciendo que esta agua tiene niveles aceptables de radiactividad y ¿qué son niveles aceptables?, los que generalmente ocurren en la naturaleza”, señala.

Considera que el proceso llevado por el Gobierno japonés ha sido “responsable” porque de no serlo esa nación sería la principal afectada, ya que depende mucho de los recursos oceanográficos: “Si Japón vierte esa, lo hará de forma responsable”.

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Sin embargo, Jesús López, decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la UISEK, considera que los niveles de tritio de estas aguas sí son elevados, pero que lo más preocupante es que no se ha dado información de cómo se realizará el desfogue de estas aguas y en dónde.

“Si lo que hacen es arrojar toda esa agua de repente al océano, yo sí creo que puede generar problemas. Allí el tema es en qué cantidades la arrojas para que se vaya diluyendo (el tritio) y quede por debajo de los límites marcados por normativas internacionales”, señala.

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El Gobierno japonés ha sido muy cauto con este dato. Hay medios internacionales que presumen que el agua será liberada por una tubería que se extendería a un kilómetro de la planta hacia el mar.

En Japón se propone liberar agua de central nuclear de Fukushima en el cielo o mar

Sobre si estas aguas que se verterán afectarían al continente americano o a las costas de Ecuador, López es claro que el riesgo es extremadamente mínimo ya que “la radiactividad se diluiría” con las corrientes. Afirma que existiría mayor riesgo en que especies marinas migratorias se contaminen en Japón y estas, a su vez, vengan a América o al país.

En tanto, Ormaza concuerda que un impacto en América o el país es bastante complicado, incluso por el sistema de corrientes. En Ecuador todas las corrientes superficiales van de este a oeste y Japón está en el occidente. “Puede haber una corriente que llegue a Norteamérica y lleve estas aguas (radiactivas), pero con tanta dilución no creo que haya un impacto”, dice.

El experto considera que el país debe enfocarse más en problemas locales que realmente contaminan el mar como la falta de tratamiento de aguas servidas, ya que en la mayoría del Ecuador van a los ríos sin ningún tratamiento y terminan en el mar.

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“Solo el 5% de las aguas residuales se trata adecuadamente. Esto nos debe preocupar mucho más que las aguas que verterá Japón. En Esmeraldas, Salinas, Montañitas las aguas residuales crean manchas negras en el mar”, añade.

En tanto, López afirma que como humanidad se debe reflexionar sobre la necesidad de mantener sistemas de energía nuclear cuando en la actualidad existen métodos más amigables con la naturaleza. (I)