Sus pintas oscuras sobre su blanca piel le han otorgado su nombre de Manchita. Su arrolladora personalidad se sobrepone a cualquier detalle físico. Manchita es la reina de su cuarto, la más alegre y amiguera que puede existir en su espacio; el tener solo dos patitas no le impiden movilizarse a donde desee; pues saca a luz el canguro que lleva adentro. “Nadie le puede hacer bullying a la señorita Manchita. Ella se lleva superbien con todos sus compañeros”, asegura Verónica Fernández, fundadora y directora del albergue El perro feliz, lugar que acoge alrededor de 500 perros.