“Todo el universo conocido está gobernado por los libros”, decía Voltaire. Una afirmación que pocos pondrían en duda si tomamos en cuenta la época en la que él vivió, una época en la que sus libros jugaron un papel decisivo, primero, en provocar una revolución del pensamiento, y, luego, en llevar dicha revolución a la práctica política. Ambas revoluciones resultan impensables sin los libros de por medio. ¿Pero cómo fue posible que ese “gobierno del universo” haya tenido origen en la impresión de libros?

Esta tarea, la de descubrir la industria de la impresión de libros durante el siglo XVIII, es lo que se propone Robert Darnton en su reciente y fascinante obra Pirating and Publishing (Pirateando y Publicando) que acaba de publicar la University of Oxford Press (Oxford, UK. 2021, 391p) y que será traducido próximamente al español.

Robert Darnton es el autor de 'Pirating and Publishing'.

Durante el Antiguo Régimen, la industria tradicional de imprimir libros, que estaba en cierta forma monopolizada por el gremio de impresores de París, de pronto sintió que no podía satisfacer la creciente demanda por libros. Debe recordarse que dicho gremio ejercía prácticamente un monopolio –concedido por la Corona– sobre lo que se publicaba en Francia. Además de ser censuradas, estas publicaciones tenían precios bastante altos. Entre la limitada oferta de libros y el apetito por la lectura provocada por los “filósofos”, comenzó a surgir una suerte de solución poco ortodoxa.

La solución consistió en la publicación clandestina de libros, ya sean copiados ilegalmente de aquellos que producían los gremios de París, o de libros de autores como Voltaire y otros intelectuales de la Ilustración, que era prohibidos por la Corona y la Iglesia.

Darnton analiza con gran sagacidad histórica el corredor geográfico donde esta industria prosperó, concretamente la región que va desde Holanda hasta Suiza. En esta área el autor ubica una serie de imprentas y editoriales dedicadas a la producción masiva de libros. Libros que fueron con el tiempo el semillero de la gran transformación de fines del siglo XVIII.

La economía de estas editoriales era sumamente precaria, muchas quebraban al poco tiempo. Otras lograron capear las dificultades. Pero lo cierto es que la mayoría de los libros que entusiasmaban a los salones de París eran producto de la piratería.

Un libro sobre libros sumamente interesante, uno que se añade a la lista de obras que Darnton ha acumulado sobre el tema de los libros en la Francia prerrevolucionaria. (O)