Esto de aparecer solo los domingos (y sigo como astronauta por el periodismo virtual) a veces me enfrenta a días especiales, como el de hoy. El Día del Padre. Alguna ‘nerviolina’ me atraviesa porque uno se obliga a revisar etapas de la vida que a veces se quedan en el olvido. Primero veo a las generaciones de mi padre y de mi abuelo, seres con quienes crecí hasta mi primera odisea espacial a Nueva York durante una década. Con ellos compartí mi niñez y juventud hasta los 20 años.