En el deporte hay tridentes que han marcado historia, como en el fútbol, los conformados por Messi-Neymar-Suárez o Ronaldo-Benzema-Bale. Como fan de la Fórmula 1 no podría dejar de lado el de Verstappen-Newey-Horner o el inolvidable Schumacher-Brawn-Todt. Todos estos tridentes lograron importantes conquistas para sus equipos, generando euforia para sus seguidores.

En el mundo laboral esta figura también cobra mucho sentido, pues en las empresas que han conseguido hitos culturales importantes, generalmente hay un tridente -o equipo- que trabajó en forma mancomunada. Por ello, quiero resaltar la labor de estos equipos que son capaces de conseguir los logros que para un líder solitario sería mucho más difícil alcanzar.

¿Cómo debería conformarse ese tridente del éxito en las organizaciones?

En primer lugar, debe existir un visionario que identifica el objetivo por conquistar. Generalmente es un director o CEO, pero lo que más le caracteriza es su facultad para inspirar y contagiar, así como la capacidad de saber elegir con qué personas se acompaña en el camino.

En segundo lugar, una persona que lidere el desarrollo de los colaboradores, que suele ser el responsable del área de Talento Humano. Sin embargo, esta función también podría recaer en otros líderes que están interesados en generar innovación o una transformación cultural que les permita seguir siendo competitivos.

En tercer lugar, es importante contar con una persona que conozca el negocio desde los números, como por ejemplo, el financiero. Su misión es la de fortalecer la viabilidad de la transformación, siendo un ancla muy importante para la sostenibilidad del proyecto.

Con la complejidad con la que se mueve el mundo de las empresas, hoy en día se vuelve relevante abrir el diálogo e influenciar a todos los que sean necesarios en la gestión del cambio. Y tú ¿qué posición ocuparías en este tridente del éxito? (O)