Luego de la dura jornada de trabajo en una bananera me di hace poco tiempo el placer de visitar en la ciudad de Babahoyo a mi querido amigo José Enrique Zúñiga, conocido en esos lares como el Poeta Montuvio.
José Enrique Zúñiga, de 85 años, es un conocido escritor, investigador, poeta, periodista y educador de la provincia de Los Ríos.
Ha ejercido la cátedra en varios planteles y en la Universidad Técnica de dicha ciudad, y ha escrito varios libros de poemas, historias y cuentos de su entorno montuvio, tales como los que me obsequió ese día: La última aventura, Más allá de la luz, Tatuajes al viento, Temas de café, Cantos testimoniales, Sonetario de Los Ríos, De las fantasías y otras realidades. Y hay más.
Amante como yo del río Grande o río Babahoyo, me cuenta que nació sobre sus aguas en una embarcación llamada La Beldaca, entre el pueblo de Pimocha y la Hacienda Isabel María, bajo una lluvia torrencial, con truenos, relámpagos y rayos, como eran entonces los inviernos.
Y así mismo nació su tía Dolores Falcón, pero en una “canoa vivandera” que tenía su abuelo y de las que antes vendían toda clase de víveres a las haciendas de las orillas río arriba y río abajo, según las mareas, haciendo sonar un cacho de vaca para llamar a los clientes, por eso a la canoa le pusieron de nombre La Dolores, por todos los dolores que provocó a la abuela Etelvina, y a la niña le pusieron Dolores del Río.
Y entre conversa y conversa me lanza este poema al rodeo montuvio:
El potro se le encabrita
y eleva brioso las patas
el jinete balancea
su cuerpo sobre las ancas
Jinete y potro se mecen
Jinete y potro se hamacan
El viento les pone bríos
El viento les pone alas.
Jinete y potro son uno
Uno solo a la distancia
Cuando van por el camino
Que nunca jamás los cansa
De poncho y sombrero fino
Con sus espuelas de plata
Va el jinete, el pecho en alto,
Que es así como cabalga.
Y luego, como ve mi cara triste al verlo un poco enfermo, me dice al despedirse: “Sergio, en esta canoa está prohibida la tristeza”, y se echa una sonora carcajada.
¡Momentos inolvidables de un placer inconmensurable! (F)