El Día del Montuvio y la Fiesta Regional del Montuvio son parte de la historia de Guayaquil, ciudad a la que el escritor José de la Cuadra llamara en 1937 “la Capital Montuvia del Ecuador” en su libro El montuvio ecuatoriano, el más célebre ensayo que se haya escrito sobre el campesino de la Costa del Ecuador, verdadero artífice del desarrollo y progreso de nuestro país.

El 12 de octubre: Día del Montuvio. Foto: Manuel Avilés

Fue por iniciativa de Rodrigo Chávez González (Rodrigo de Triana) que se celebró por primera vez el 12 de octubre de 1926 el Día del Montuvio, fiesta que quedó oficializada mediante un acuerdo del Municipio de Guayaquil firmado dicho día en el Estadio Municipal ante 8.000 personas.

La entidad encargada de realizar anualmente los festejos fue la Asociación Regional del Montuvio, fundada en junio 25 de 1926 y con el apoyo de la Asociación de Ganaderos del Litoral, que presidía entonces Honorio Santisteban, gremio cuyo objetivo era el de promover el progreso del montuvio y conservar sus tradiciones y folclor mediante la realización de festivales montuvios, desfiles, rodeos, cabalgatas, concursos de amorfinos, elección de la Criolla Bonita y de la Madrina Criolla, concursos literarios de teatro y poesía etc., eventos que se realizaban en el American Park y en la avenida 9 de Octubre de Guayaquil.

El 12 de octubre: Día del Montuvio. Foto: Manuel Avilés

La primeras Criollas Bonitas fueron Rosario Rugel en 1926, Matilde Márquez de la Plata en 1927 y Norma Carmigniani en 1928 a quien el poeta y escritor Enrique Gil Gilbert le dedicó estos versos:

De envidia rugió la selva...

El algarrobo,

inclinóse a tu paso avergonzado,

no por cortedad, sino enamorado,

de tu criolla belleza que conserva,

el vigor de la raza que se había olvidado.

El 12 de octubre: Día del Montuvio. Foto: Manuel Avilés

En 1928 en el Concurso de Poesía Montuvia, el segundo premio fue entregado al poeta Hugo Mayo por su poesía Exaltación al montuvio, y en 1929 los concursos los ganaron María Piedad Castillo de Levi por su poesía El poema del montuvio y Joaquín Gallegos Lara por Los montuvios, donde se hicieron famosas las estrofas del libro Los que se van, que dicen:

La vitrola en el monte apaga el amorfino,

tal un aguaje largo los arrastra el destino,

los montuvios se van pa’ bajo der barranco.

El 12 de octubre: Día del Montuvio. Foto: Manuel Avilés

En 1931 fue premiada la poesía Matapalo, de Francisco Huerta Rendón, en la que exalta a este árbol mítico del pueblo montuvio al que José de la Cuadra lo describe en su obra Los Sangurimas y al que también enaltece Miguel Aspiazu Carbo en su Leyenda del matapalo, que relata la leyenda de un sacerdote que abandona la sotana por el amor de una viuda montuvia.

Muchas de estas festividades eran amenizadas por la desaparecida banda del pueblo El Mate, que entonaba famosas piezas musicales de nuestro folclor montuvio, tales como La iguana, El alza que te han visto, El baile del sombrerito, La puerca raspada, La pacharaca, etc.

Estas celebraciones se llevaron a cabo hasta la década de 1940 cuando cesaron, por eso los costeños tenemos la obligación cívica de preservar y difundir nuestro folclor que es nuestra señal de identidad, ya que como dijo el insigne escritor Justino Cornejo Vizcaíno: “Pueblos sin tradiciones ni folclor son pueblos miserables que no merecen el respeto de nadie”. (O)

El 12 de octubre: Día del Montuvio. Foto: Manuel Avilés