Alejandra Pizarnik sabe del miedo, del dolor, de la soledad y la muerte. Por ello, resulta coherente que los versos de esta poeta argentina sean como un preámbulo o como una antesala de cada uno de los capítulos de la novela Memoria de papel, de la escritora ecuatoriana Verónica Coello Moreira. Con este libro, de 103 páginas, la narradora guayaquileña, nacida en 1975, obtuvo recientemente el Premio Nacional de Literatura Miguel Riofrío, octava edición, certamen que convoca la Casa de la Cultura, núcleo de Loja.

Se trata de una novela breve, la primera en este género escrita por Coello Moreira, comunicadora social, profesora y columnista, quien en 2017 publicó el libro de cuentos La cena. En La cena, la mayoría de los personajes de los cuentos son mujeres, quienes sienten nostalgia por el paso del tiempo, por la pérdida de la juventud. Otras evocan sus vivencias de infancia, o sus amores y desamores.

La idea de la muerte está presente en algunas de las historias. En Memoria de papel, la protagonista es también una mujer, quien, al igual que los personajes de La cena, está abocada a la nostalgia. Se podría decir que esta novela es un ejercicio de memoria, de recuerdos y balance de una vida no sé si fallida, pero sí que no fue lo que se esperaba o lo que se soñaba.

La infancia, la existencia junto a los padres, los miedos, los amores de juventud, el matrimonio, el divorcio, la maternidad, todas esas instancias son repasadas por la protagonista, desde un presente en el que se halla en un estado de total fragilidad e indefensión. En un estado cercano al fin. Es una memoria dolida y a la vez cuestionadora. Tal vez una forma de encuentro con el infinito.

Un acierto del Premio Miguel Riofrío fue publicar de inmediato la obra ganadora, como debería ser en todo concurso. El jurado señala que otorgó el premio único a la novela Memoria de papel “por el tratamiento poético dado al discurso narrativo, que le confiere profundidad y trascendencia a la historia”. (O)