Estimados lectores, es de conocimiento público que el país y el mundo están pasando por momentos de inquietud. Es muy válido y natural sentir preocupación cuando los recursos económicos comienzan a escasear, sobre todo cuando has sido una persona trabajadora y autosuficiente. Un enfoque integral se refiere a verte a ti mismo y al mundo que te rodea de forma más completa y efectiva, lo que puede ayudarte a mejorar tus recursos económicos sin perder tu bienestar emocional.

Es natural realizar una revisión y ajuste del presupuesto; a veces pequeñas decisiones cotidianas generan un gran cambio a mediano plazo. Les recomiendo:

  1. Anota tus gastos diarios.
  2. Clasifícalos en esenciales, opcionales y postergables.
  3. Evita suscripciones, salidas frecuentes y compras emocionales.
  4. Evalúa si puedes renegociar servicios, tales como plan de celular, internet, entre otros.
  5. Define una meta de ahorro de entre un 10 % y 20 %, sin sentirte limitado.

Activa tus talentos con enfoque práctico: si tienes experiencia, formación profesional, sabiduría y sensibilidad, esto representa un capital muy valioso. Mantener una red de apoyo e intercambio es muy útil en este momento. Una invitación a reinventarte de una forma más auténtica y alineada es oportuno.

La falta de dinero no es señal de fracaso, sino de que es tiempo de reajustar, simplificar y crear desde otro lugar. Les comparto estas preguntas:

1. ¿Cómo me siento hoy?

2. ¿Qué me gustaría hacer para mi bienestar? (O)