No fue sino hasta después de cumplir mis 30 años cuando empecé a beberlo, me tomó tiempo apreciar los sabores y aromas que se encuentran en una taza de café. Como muchas personas, primero fue una taza en el desayuno, con leche y azúcar, luego pasé a usar edulcorantes, después sin leche, hasta que finalmente algunos años más tarde, como debe ser, solo café.

Ahora esta bebida es parte de mi día a día y no solo que la tomo en las mañanas sino también varias veces durante la jornada. Además esta pasión por sus aromas y sabores me llevó a seguir el curso de barista, para así aprender y entender sobre las variedades de plantas, la influencia que ejerce la zona donde se cultivan, los procesos y fermentación, las características que toma el grado según la intensidad de tostado, así como los diferentes métodos de extracción que hacen tan especial cada taza de café.

Para mí no hay forma más sencilla y perfecta para terminar un gran almuerzo que servir al final un buen café. Cuando visité Boncibó (nota publicada el 9 de febrero, 2020), ese agradable lugar de menú corto y buena comida rápida, pedí un expreso y quedé muy complacido, tanto así que pregunté de qué marca era, “se llama Debutante, lo hacen especialmente para nosotros, es una preparación de Mario Idrovo…”, en ese momento comprendí el porqué de la buena calidad del producto y compré adicionalmente una bolsa para llevar y preparar en casa.

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No lo conozco personalmente pero había leído sobre Idrovo, un joven ingeniero de profesión que su amor por esta bebida lo llevó a dejar la construcción para dedicarse por completo al mundo del café. Cuenta con una maestría en Ciencias y Economías del Café obtenida en Italia y logró el Campeonato Nacional de Baristas del Ecuador en el 2016.

Fue así como me enteré de la creación de Huma, un emprendimiento de este reconocido barista con Juan Begué, otro apasionado de este fruto, para juntos ir en busca del mejor café de especialidad del Ecuador. Quieren formar “una cultura de aprecio, amor y respeto hacia nuestras tierras, apoyando la pasión y el profesionalismo de cada una de las personas que están detrás de esta gran cadena de producción”.

En ese camino para lograr una verdadera cultura cafetera, cada mes presentan su línea Origen, donde la variedad dependerá del microlote y la zona del país de donde viene, así según el clima, la fermentación y el tostado, ofrecen un café verdaderamente de especialidad de diferentes partes del Ecuador.

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Este mes probé uno de la provincia de Imbabura, cosechado a 1500 metros sobre el nivel mar, de variedad Typica y con un proceso Honey. No es fácil encontrar en el mercado este proceso, es muy delicado y se necesita granos de muy buena calidad. Para lograrlo se despulpa la cereza, pero se deja húmedo el grano, lo cual hace que tenga una sensación pegajosa como miel, de ahí el nombre. Lo tomé en expreso, estuvo delicioso, fuertes notas apasadas con recuerdos de panela, una experiencia distinta, muy remendado.

Para quienes quieren tomar una taza más clásica pero perfectamente balanceada entre acidez, amargor y notas de frutos rojos acaramelados, prueben Raíces, un fantástico blend que representa de manera magistral lo que significa un café de autor. Huma no está en las perchas de tiendas o supermercados, lo promocionan a través de su cuenta en Instagran (@humaculture) y en estos días de cuarentena es ideal porque lo llevan a domicilio (por tres bolsas de 250 gramos pagué $20 más el envío). (O)