Cuando era niño mi viaje a la playa era toda una aventura gastronómica que empezaba normalmente en el peaje, que en esa época estaba a la altura de donde hoy queda la plaza de negocios Blue Coast. Siempre había una larga fila de carros, primero se mostraban los documentos al vigilante de tránsito y luego uno a uno pasaba la única caseta que había en el lugar.