Tener várices es insoportable. No solo por lo antiestéticas que lucen, sino por el dolor que causan cuando los afectados caminan, se sientan o se acuestan a dormir.  La vena safena (la mayor va desde el tobillo al cayado en la ingle y la menor va desde el tobillo hasta el cayado en el pliegue detrás de la rodilla), se transforma en un cordón grueso que puede ir hasta la pantorrilla.

En las mujeres puede haber dolor extra durante la menstruación. Las venas poseen receptores hormonales, y los cambios que ocurren cuando se menstrúa o se toma anticonceptivos, hace que estas se dilaten y duelan.

Cuando las válvulas venosas que regulan el flujo de sangre en forma ascendente hacia el corazón (ubicadas en la vena a lo largo de la pierna cada 3 a 5 centímetros), se dilatan y no se cierran, provocan reflujo sanguíneo, dando dolor, calambre e hinchazón en las piernas.

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También puede ocurrir que la sangre, al no ascender adecuadamente por la vena profunda, forme coágulos. Normalmente se disuelven solos o con tratamientos anticoagulantes, pero si no, pueden viajar a los pulmones y crear un bloqueo en las arterias pulmonares y provocar una embolia pulmonar que puede ser mortal.

A la derecha: interior de una vena normal; a la izquierda, vena varicosa.

Métodos de tratamiento

Según el doctor Ernesto Intriago Giler, flebólogo y linfólogo, la cirugía clásica se conoce como stripping o safenectomía, y consiste en quitar toda la vena. Se hace con anestesia raquídea o general, implica dos días de internación y el posoperatorio toma un mes de recuperación.

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Pero en los últimos 15 años, la especialidad de flebología, que es parte de la cirugía vascular, ha presentado nuevos equipos y tecnología médica.

Con el tiempo apareció la radiofrecuencia, que consiste en no sacar la vena, sino sellarla mediante un catéter que emite energía calórica similar al endoláser. Este último es relativamente nuevo y es estándar en los Estados Unidos, porque nadie quiere someterse a una cirugía abierta y perder días laborales.

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En Ecuador, el endoláser se practica desde el 2002, y con los nuevos láseres desde 2017. Consiste en insertar dentro de la vena dañada una pequeña fibra óptica de láser quirúrgico estéril que viaja por vía endovenosa (interiormente) desde el punto más distal desde tobillo-pierna hacia la zona por debajo de la ingle o cayado.

Con la fibra se realiza la ablación de la várice de manera radial (circunferencia) y se sella todo el trayecto de la vena enferma sin sacarla. El posoperatorio dura de dos a tres días, y con el tiempo la vena se reabsorbe.

Las bondades del pegamento biológico

Otro procedimiento novedoso es el adhesivo médico. Se aplica un pegamento biológico que sella las paredes internas de la vena safena dañada. El sellado toma de 15 a 20 minutos y el tiempo de recuperación es menor, ideal para los pacientes que están limitados por su tiempo de trabajo.

El pegamento se aplica desde hace 5 años en Europa y posteriormente en EE.UU. Mientras que en Ecuador fue aprobado en 2018 por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa). En la actualidad, se encuentra disponible bajo los criterios exclusivos de selección del médico especialista (flebólogo y cirujano vascular), entrenado y familiarizado con los procedimientos endovenosos y las debidas precauciones de las complicaciones, como flebitis o alergia al  medicamento.

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El doctor Intriago, presidente electo del XIX Congreso Panamericano de Flebología y Linfología que se realizará en Guayaquil del 11 al 14 de junio de 2020, explica que el paciente debe reunir ciertas indicaciones para optar por este tratamiento.

“Es necesario conocer el diámetro, trayecto y recorrido de la vena enferma, para saber el sitio de inserción del catéter y descartar que no haya una trombosis (obstrucción por un coágulo) o una flebitis  (inflamación de las venas acompañada de un coágulo) que impida la correcta aplicación del pegamento biológico”.

Las opciones de recuperación para las venas várices implican cambios en estilo de vida, intervenciones mínimamente invasivas o cirugía tradicional y tomar la medicación prescrita.

¿Quién califica para el adhesivo biológico?

El paciente debe ser activo, no guardar reposo prolongado en cama, no tener alguna lesión motora que le impida caminar, no presentar alguna enfermedad descompensada,  infecciosa o cáncer, y menos que haya tenido un trombo previo o haya presentado alergias a algún adhesivo o al silicón.

Sin embargo, agrega Intriago, a quienes padecen de enfermedades no controladas como hipertensión, diabetes y enfermedad cardiaca, se les ofrece otras alternativas. Aunque hay quienes aun teniendo estas condiciones, pueden ser tratados con pegamento, siempre y cuando estén controlados.

Después del diagnóstico se le pide al paciente someterse a exámenes de laboratorio prequirúrgicos: de sangre y valoración cardiológica. También se le repite cuál es el procedimiento a seguir y los cuidados pre y posoperatorios para evitar las complicaciones.

El médico emplea un ecodoppler vascular de alta resolución para guiar al catéter ecogénico (pequeño tubo hueco que refleja las ondas de ultrasonido). Este se introduce a través de una pequeña punción de medio milímetro en la piel, con anestesia local, debajo de la rodilla sobre la vena enferma hasta llegar a la parte próxima a la ingle, es decir, a  5 cm debajo de la unión safeno-femoral.

Luego, con el dispensador (que se parece a una pistola de silicón) se va administrando pequeñas cantidades del adhesivo médico (0,1 ml) y se realiza una compresión por 2 o 3 minutos, colapsando así la luz (espacio abierto) de la vena enferma. Se va retirando poco a poco el catéter y se procede a la segunda aplicación, y así sucesivamente hasta sacar el catéter por el punto de entrada en la pantorrilla.  Se comprueba inmediatamente el cierre y fibrosis de la vena. Una vez cerrada, la sangre es inmediatamente redirigida a través de las otras venas permeables.

“La vena sellada tiende a desaparecer al cabo de unos meses, hasta años posteriores”, dice el flebólogo.
Generalmente, sostiene el médico, no requiere medicación de dolor postratamiento  o vendajes, pero se puede usar medias de compresión por poco tiempo para lograr mayor beneficio. Después deberá tener un control al mes, a los tres meses y al año.

Si el paciente está obeso deberá bajar de peso, si está tomando un tratamiento hormonal por mucho tiempo deberá hablar con el ginecólogo o endocrinólogo para que modifique las dosis o le dé periodo de descanso.

Por último, si hace ejercicios de alto impacto o bruscos, debe evitar golpearse para impedir enfermar las otras venas, además de usar una media de compresión deportiva.

En el consultorio

A las dos horas, podrá caminar con la ayuda de una media de compresión. En poco tiempo se reintegrará a sus actividades.