Mercado del Río es una plaza gastronómica que se erige con un diseño de vanguardia, reuniendo elementos modernos y el recuerdo de un Guayaquil tradicional.

 

La historia de Guayaquil emerge del río Guayas y con él las facetas que han hecho sobresalir a esta ciudad de medio milenio de vida. Por ejemplo, habla de una naturaleza emprendedora, por ser el primer canal para el comercio del país y por sus antiguos negocios en la ribera. También recuerda a su fortaleza naval en sus casi extintos astilleros. Incluso destaca la adaptabilidad de sus ciudadanos al progresar hacia distintos polos, pues al pie del afluente se ramificaron la ciudad vieja y la ciudad nueva.

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En su visión turística, el río Guayas está adoptando un protagonismo más fresco y contemporáneo. Esto ocurre gracias a Mercado del Río, plaza gastronómica que será inaugurada este jueves 25 de octubre y luego abrirá sus accesos a todo el público este viernes 26, a las 10:00.

“El objetivo de este espacio es convertirse en el epicentro del arte culinario del país”, reseña Nicolás Romero Ordeñana, empresario a cargo de este proyecto diseñado por el Municipio de Guayaquil y la Fundación Malecón 2000. Es una iniciativa que se observa en grandes ciudades del mundo, como en Chile, Uruguay, Colombia y Estados Unidos, y en muchos destinos europeos, como en Madrid con el mercado San Miguel.

Mercado del Río tiene un objetivo fundamental: ser la palestra de la gastronomía ecuatoriana, la cual tiene mucho que ofrecer al mundo. Es una de las más ricas y variadas de Latinoamérica”. Nicolás Romero

Su otra meta es mejorar la experiencia de los paseos en el Malecón. Es una oportunidad más para disfrutarlo, para vivirlo. Y, por supuesto, para recrearse junto al río. “Ya no es solo caminar, sino vivir la vista; escuchar música, ver a un chef en una demostración en cualquiera de los 550 platillos que ofrecemos. Todo en un ambiente seguro”, resalta.

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Naves sobre tierra

Mercado del Río se levanta en una de las terrazas sobre el centro comercial Malecón, entre dos galerías, subiendo por el portón de la calle Colón. La obra consiste en dos recintos cerrados en un área de 2.000 m². A primera vista evocan las velas en movimiento de un barco, armonizando así con la apariencia del Malecón Simón Bolívar y el contexto de su ubicación.

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El bosquejo estuvo encargado al arquitecto Douglas Dreher, conocido proyectista y urbanista guayaquileño. “La forma (de Mercado del Río) nace más bien de un elemento orgánico, parte de la forma de una espiral o un caracol”, aclara el experto. Así se puede apreciar en una segunda vista, en especial desde el río.

Dreher también fue el responsable de las formas del Malecón Simón Bolívar y, por tanto, conoce las fortalezas y limitantes que implicó el levantamiento de la plaza gastronómica en ese complejo. “El mayor límite fue la carga estructural, lo que a su vez generó la oportunidad de generar una edificación lo más liviana posible”.

 

Desafíos arquitectónicos

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El arquitecto recuerda que las terrazas del Malecón Simón Bolívar no fueron concebidas para soportar una edificación de las dimensiones del Mercado, apenas sí pequeños locales, como los asentados a lo largo de este atractivo turístico guayaquileño.

Para evitar que la obra se asiente y exceda la carga del cálculo estructural, Dreher escogió para su diseño materiales livianos, como la tensomembrana para la cubierta. Se trata de un recurso textil sumamente ligero, con propiedades de protección UV, así como aislamiento acústico y térmico.

“También permite el ingreso controlado de la luz natural y ayuda a generar grandes espacios sin pilares en el interior”, explica. “Otra ventaja: es un material muy versátil, porque posibilita crear formas creativas”. Además, produce un soportal que genera sombra, dado que no está al límite de la pared.

Este elemento se ha empleado en otros proyectos en Ecuador, como la plataforma del MAAC y en la Plaza Cívica de Samborondón, la cubierta más grande de tensomembrana en el país (5.000 m²). “En Mercado del Río es la primera vez que se usará como cubierta de un espacio cerrado habitable y climatizado”, resalta el proyectista.

Además, agrega, la que compone esta obra cuenta con nanotecnología autolimpiante, gracias a unos recubrimientos especiales que impiden que el polvo se aloje en el techo.

Materiales que cautivan

La fachada es de vidrio y comparte campo con el acero y la teca, madera reconocida por su potente resistencia al ambiente y, sobre todo, a la humedad.

Douglas Dreher señala que el cristal tiene un tratamiento Low-E, que mejora la eficiencia energética del vidriado y en nuestro ambiente reduce la incidencia del calor hacia el interior.

Otro elemento destacado es el policarbonato instalado en la parte central de las dos naves. “Tiene micropartículas de titanio para filtrar por completo el sol. El efecto es de estar bajo un techo tradicional steel pannel (paneles de acero)”.

En el interior sobresalen dos componentes. El cemento pulido, de aspecto crudo, un recurso estético contemporáneo que no pierde vigencia. Y por otro lado, ornamentaciones de hierro forjado de similar aspecto a las que adornan el Palacio de Cristal.

La intención fue contrastar algo totalmente contemporáneo con materiales modernos con un interior que evoque al Mercado Sur (Palacio de Cristal), encontrar lo antiguo con lo moderno en el mismo espacio.

En cuanto a la iluminación, resalta Dreher, tendrá un manejo eficiente. Gracias a la luz natural que ingresa por la tensomembrana, no se requerirá fuentes de apoyo en el día. “El gasto por iluminación se reduce considerablemente en la mañana y tarde”.

En cambio en la noche, dice el arquitecto, se activarán unos reflectores que dirigen la luz hacia la membrana como una gran linterna.

Se ha utilizado materiales de tecnología de punta... La intención fue contrastar lo contemporáneo con un interior que evoque al Mercado Sur, reunir lo antiguo y lo moderno en el mismo espacio”. Douglas Dreher

Estrategia turística

Mercado del Río contará con 26 locales, 24 restaurantes y 2 bares, que destacarán la riqueza de los platos tradicionales, su innovación e influencia internacional. Atenderá a 600 personas sentadas distribuidas incluso en áreas abiertas, donde los comensales disfrutarán de la brisa del río.

Antes de ser inaugurado, Nicolás Romero tiene lista una visión a corto y mediano plazo de esta propuesta. Por ejemplo, para los fines de semana se están planificando actividades complementarias, como demostraciones gastronómicas abiertas al público, catas de productos artesanales, entre otras.

“Estamos buscando las maneras de educar en gastronomía de forma entretenida a través de estas experiencias... Los ciudadanos buscan espacios para experimentar nuevas vivencias. Para eso están los sitios icónicos de la ciudad como el Malecón y el Mercado del Río, el primero de su tipo en Ecuador”. (G.Q.B.)

Innovación a la carta

El espíritu de Mercado del Río es reunir un amplio menú de platillos ecuatorianos con toques de innovación que no se puedan encontrar en otro rincón geográfico del país. Esto incluye a las huecas ganadoras de la Feria Gastronómica Raíces, como Gus Conchas, Casa Manaba, Señor Fréjol, La Orilla, Ruphay, Las Primas, y Resbaladera La Tradicional; restaurantes de influencia extranjera (Queen´s Dim Sim, Paraíso Persa, La Tasca del Río y Pizzalini); y chefs innovadores que ofrezcan una visión moderna de nuestra gastronomía sin perder los sabores de nuestra identidad.

Una de esas cartas novedosas es Green Life, quien abrirá el primero de sus locales justamente en esta nueva plaza gastronómica. “Este es mi sueño, tener una cadena de restaurantes vegetarianos de comida típica nacional, que al mismo tiempo sea una cocina más sana”, explica Jailer Velarde, el propietario. Con este concepto armará versiones sin carne del caldo de salchicha, hasta una bandera criolla con guatita vegetariana, seco de tofu, ceviche de chocho y champiñones al ajillo.

“Otro plato es el seco de pollo con muslitos armados con tofu que llamarán mucho la atención”, agrega. Su iniciativa también busca instruir en los beneficios de incluir preparaciones vegetarianas a las dietas habituales. Además, incluye una línea fría para que los comensales preparen sus ensaladas al gusto.

En la misma línea de creatividad está Latina Mandala, una nueva iniciativa que fusiona la comida latinoamericana con la asiática por el chef Antonio Pérez. Otros son La pizarra del Río, a cargo del reconocido chef Juan José Morán; Balandra Express con una creativa carta de mariscos; y los Sánduches evolucionados de Hermanos de Lucha.