Desde mediados de julio, pero con más fuerza en agosto, Guayaquil ha soportado ráfagas de viento helado en determinadas horas y una sensación térmica baja en madrugadas y mañanas.

Eso ha derivado en que las personas opten por usar ropa más abrigada y, en casa, saquen las cobijas del armario. Algunos usuarios aseguran, incluso, que han dejado de encender el aire acondicionado y abrir las ventanas.

“Un grado más y me siento en la Sierra”, dice Ana Belén Ceverino, quien este viernes, 22 de agosto, acudió al centro de Guayaquil con ropa abrigada.

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En su trabajo, en el sector de la Bahía, comentó que se ha optado por apagar los ventiladores y dejar las ventanas abiertas.

“Aquí todos tenemos frío, es increíble que Guayaquil en la mañana es frío frío y ya para el mediodía tener un sol fuerte”, añadió.

El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) indicó que el 21 de agosto se registró la temperatura más baja del mes.

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Si bien desde el pasado 19 se ha experimentado una disminución en la temperatura mínima, el 21 de agosto se llegó a 19,7 grados, casi dos grados por debajo de la media estimada (21,6 grados).

La sensación térmica, asimismo, se situó el pasado 21 dos y hasta tres grados por debajo de lo alcanzado. Por ello, la ciudad percibió los vientos helados en diferentes horas del día.

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El técnico del Inamhi Carlos Naranjo explicó que aunque el 21 fue el día más frío no se superó el registro más bajo de la historia en agosto. En 1999, Guayaquil llegó a 16,5 grados.

Sin embargo, los grados alcanzados sí se asemejaron a rangos registrados en agosto de 1992, 2014 y 2016. (I)