Usa a diario la línea 65 para movilizarse de su casa, en la parroquia Febres Cordero, suroeste, a Los Ceibos, noroeste, donde trabaja. Toma el bus en la calle Portete y desde hace más de un año ve que “no avanza” la troncal 4 de la Metrovía, el sistema de transportación masiva de Guayaquil que ahora unirá al suburbio con el centro de Guayaquil.

“Decían que desde el año pasado iba a funcionar y nada. Por un lado mejor, porque así sigo cogiendo mi bus normal, como todos los días… Aquí nadie nos ha dicho cómo será esto, si la 65 ya no pasará, si sacarán a todos los carros (líneas de buses), desde cuándo, nada de nada”, cuenta María Cruz, habitante de la zona.

No es la única que desconoce cuándo comenzará a funcionar la troncal 4 de la Metrovía ni el plan que se aplicará para reorganizar el tránsito de los buses convencionales que cubren actualmente el sector.

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Habitantes, trabajadores, transportistas y dirigentes barriales, consultados por este Diario, coinciden en que no han recibido información ni explicación del futuro de la transportación pública en esta zona ni de la obra municipal, pese a que, sostienen unos, han pedido audiencia para tratar el tema con entidades como la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) como se llama desde diciembre pasado a la Autoridad de Tránsito Municipal de Guayaquil.

120.000 pasajeros al día iba a mover la troncal 4, pero eso está en revisión; lo seguro es que salen los buses convencionales del área de influencia de la Metrovía

Antes de la pandemia del COVID-19, la troncal 4 de la Metrovía debía estar lista a fines de junio del 2020, según los anuncios que en su momento hicieron los representantes del Municipio de Guayaquil. Ya con la pandemia (donde hubo confinamiento obligatorio y suspensión de actividades por casi dos meses) el cronograma cambió y se fijó para diciembre del 2020 la finalización de la obra, cuyo costo de construcción, hasta el año anterior, era de $ 14′569.214,66 para una infraestructura de casi 20 km.

Así estaban los cables aéreos en una de las paradas de la nueva troncal 4, en la av. Portete, el jueves 10 de junio de 2021. Foto: El Universo

Luego, el cabildo porteño volvió a modificar las fechas y se anunció que la troncal 4 empezaría a operar en el primer trimestre del 2021. Después se dijo que sería a finales de junio de este año, pero aún no hay fecha exacta para su inauguración y operación.

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Ahora se actualizan los estudios de la demanda (y luego, los de la oferta) de la troncal ante la baja de pasajeros por la pandemia del COVID-19 y las restricciones derivadas de esta, aseguran funcionarios del Municipio, quienes agregan que la construcción de la obra civil finalizó el 30 de abril último y que está lista para el recorrido de fin de obra.

Al momento se implementa la fibra óptica y se instala el servicio de voz y datos (esto último por parte de la fundación Metrovía) que también requiere la troncal para funcionar, expone el cabildo.

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Una vez que se defina la demanda y la oferta se convocará a licitación para elegir al operador del transporte que finalmente dará el servicio, como ocurrió en su momento con los consorcios Metrobastión, Metroquil y Metroexpress que están en las troncales 1, 2 y 3.

Otra de las paradas de la troncal 4 en la calle Assad Bucaram, más conocida como la 29. La otra física está lista, pero sus habitantes desconocen cuándo empezará a funcionar. Foto: El Universo

Y mientras continúa la espera de la fecha de funcionamiento de la troncal 4 de la Metrovía, las paradas y la infraestructura que están listas continúan llenándose de polvo e incluso empiezan a dañarse o a desprenderse partes de la obra como los parterres que separan el carril exclusivo del de los vehículos particulares.

Así se constató en un recorrido que hizo un equipo de este Diario por las 23 paradas en total que tendrá la troncal 4, cuyo recorrido empieza en la calle Assad Bucaram, más conocida como la 29, y la J hasta llegar al centro, en la avenida Malecón, donde usará un tramo de la troncal 1 hasta la calle Cornelio Vernaza, para retornar a la calle 29 o Assad Bucaram, entre Valencia y Chillanes, donde está la última parada, según el detalle que expone el cabildo ante preguntas planteadas, por escrito, por este Diario.

Inicialmente se había anunciado que la troncal 4 tendría 24 paradas nuevas (y el contrato de la obra también lo comprendía así), pero en enero del 2021 la ATM modificó el recorrido, tras una revisión técnica, según el Municipio, y se eliminó la que entonces era la parada 20. Así, quedaron 23 paradas en total, incluyendo la tipo terminal, con un recorrido final de 23,68 km. Al inicio, en la administración de Jaime Nebot, la longitud de la troncal era de 22,58 km.

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Los buses convencionales de pasajeros utilizan por el momento el que será el carril exclusivo de la troncal 4 de la Metrovía, como en esta imagen en una de las paradas de la avenida Portete. Foto: El Universo

A habitantes, dirigentes, futuros usuarios de la troncal y dueños de comercios por donde pasa esta ruta les preocupa, sostienen, la falta de información y el funcionamiento incierto de esta troncal, más, afirman, cuando ven las paradas ya listas y en especie de “abandono”, dicen. En estas paradas hay guardias que cuidan la infraestructura.

Hay habitantes que anhelan que la troncal 4 funcione cuanto antes, pues así se ahorrarían los taxis que pagan a diario o los dos, tres o más buses que deben tomar actualmente para llegar a sus destinos, así como el tiempo en movilizarse que se reduciría significativamente, exponen unos.

El año anterior, la Fundación Metrovía (el ente que regula y controla el sistema una vez que pasa a sus manos) calculó que con esta troncal el usuario llegaría en 20 minutos desde el suburbio oeste hasta el centro de Guayaquil.

Merelia Mesa, habitante del Batallón del Suburbio, y María Cardozo, moradora de la 24 y Portete, son dos de las ciudadanas que esperan con ansias el funcionamiento del sistema, tanto por economía como por ahorro de tiempo, exponen.

Pero también saltan las quejas por las molestias que ocasionan actualmente el supuesto abandono de las paradas, ya que están llenas o cubiertas de polvo y hay días en que, según los habitantes, el personal de mantenimiento ni se aparece para limpiarlas.

Capas de polvo cubren a las superficies de paradas de la troncal 4 de la Metrovía. Los habitantes dicen que parecieran que están en "abandono". En algunas paradas, los parterres que limitan el carril exclusivo empiezan a romperse y se ven con daños. Foto: El Universo

Este polvo que se acumula dentro de las paradas o casetas, como les llaman varios usuarios, es llevado por el viento a los negocios y locales que están en la vía principal. Y aquello genera dificultades.

Fernanda Esmeraldas tiene su negocio de venta de maquillajes y cuadernos en la Portete y la 14, frente a una de las nuevas paradas de la troncal 4. Cuenta que se siente agobiada a diario porque desde que está la lista la parada, una capa de polvo invade sus artículos. A diario, dice, le toca limpiar todos sus productos y aplacar un poco el polvo, echándole agua a la calle.

“Ya quiero que funcione la Metrovía para que ya no se acumule el polvo en mi negocio, ya que esto (que antes no ocurría, según ella) me está haciendo causar pérdidas económicas”, dice.

Necesariamente no pueden salir las líneas de transporte que están históricamente en nuestro sector. A lo largo de la av. 29 (Assad Bucaram) deben, así como en Quito a lo largo de la Amazonas, circular la Metrovía y circular también otros vehículos (buses) que van a otros sectores (pero que pasan por ahí), necesariamente deben circular por esa zona.

Guillermo Leone, dirigente barrial de la parroquia Febres Cordero

A Jaime Veloz, un comerciante de ropa que tiene su negocio en las calles Venezuela y Abel Castillo, le ocurre lo mismo. Relata que a diario debe ponerles fundas plásticas transparentes a sus maniquíes para proteger la ropa del polvo.

“El Municipio nos tiene esperanzados en que algún día opere este sistema de transporte, pero no hay declaraciones por parte de ellos. Algunos negocios tienen el mismo problema”, insiste.

Otros, en cambio, están preocupados porque con el funcionamiento de la troncal 4, sus clientes no podrán estacionarse donde lo hacen actualmente. Y prueba de aquello es la señalización de los carriles compartidos que se ve ya en las calles.

La Metrovía siempre trata de imponer el monopolio en las zonas en donde se ha instaurado y esa es una de las grandes falencias, porque deja sin trabajo a cientos de choferes y esos buses que están alrededor de esa zona, que son 800 los que sirven, se van a quedar sin poder circular. Creemos que sí es posible la coexistencia (Metrovía y buses convencionales en la misma ruta), pero más adelante debería pensarse en que todo el sistema de transportación urbana tiene que ser un sistema multimodal, que implique subirse en la Metrovía, pero también en la transportación pública

César Cárdenas, Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos de Guayaquil

Para Carlos Mena, habitante del Batallón del Suburbio, esto le traerá menos clientela, ya sus compradores están acostumbrados a estacionarse un momento en la calle mientras hacen las compras.

En el recorrido que hizo un equipo de este Diario por las paradas de la nueva troncal se evidenciaron daños, como la destrucción de los parterres que separan el carril exclusivo del carril para los particulares, sobre todo en las calles Portete, Venezuela y Quito. En otros sectores, como en la calle José Gómez, el carril que será de uso exclusivo de la Metrovía sirve actualmente como parqueadero de autos de los habitantes de esa zona. También hay deterioros en la calzada. (I)