Lourdes esperaba la unidad 16-2 en una parada del cantón Durán cuando relató lo vivido esta semana.
“El lunes no hubo bus. Y hoy ya están pasando, pero no se ven tantas unidades. Desde ayer (martes) los buses han tardado en pasar. El intervalo entre cada vuelta es de diez a quince minutos, pero ayer, según mi hermana, tardaron hasta 45 minutos”, contó antes de subir a la unidad que la llevaría a la ciudadela Maldonado.
En otra parada, Jorge, quien utiliza a diario la ruta hacia El Arbolito, mencionó que incluso los recorridos dentro del cantón se sienten irregulares. “Los buses a veces ni paran. Hoy tuve suerte, pero igual pasaron pocos. Parece que no están trabajando todas las unidades”, expresó.
Otro usuario, Luis, aguardaba la unidad de bus de tono verde que conecta Durán con La Aurora. “Sí, están demorando mucho”, declaró tras superar los 20 minutos de espera.
A pocos metros, un chofer de la cooperativa —que prefirió no hablar de temas de seguridad— aseguró que, pese a las dificultades, la tarifa del pasaje “se mantiene igual”, aun cuando hay reportes de aparentes pedidos de extorsión y el precio del diésel se ha incrementado.
Las demoras de esta semana volvieron a poner sobre la mesa lo ocurrido el lunes pasado, cuando decenas de habitantes de Durán amanecieron con largas esperas para tomar transporte debido a la aparente reducción de recorridos.
Ese día, varias esquinas del cantón estuvieron con usuarios varados y filas extensas, pues las unidades que normalmente circulan con frecuencia dejaron de pasar o lo hicieron con lapsos inusuales.
Algunos ciudadanos señalaron que esperaron sin éxito durante largos periodos para poder movilizarse a sus trabajos y otros destinos.
Autoridades exigen a transportistas denunciar extorsiones
Esta reciente situación motivó reacciones de la Policía Nacional, que recalcó que la institución requiere mayor cooperación de los transportistas.
Cristhian Rueda, subcomandante del distrito Durán, señaló que denuncien cualquier caso de extorsión para facilitar operativos e identificar a los responsables.
La autoridad reconoció que estos delitos “se viven día a día en distintos sectores del país”, lo que aumenta la presión sobre los trabajadores del volante y sobre los ciudadanos que dependen del servicio público.
Mientras tanto, los usuarios esperan que el flujo de buses se normalice por completo. Este miércoles, 3 de diciembre, aunque algunas unidades circulaban, la percepción general era que el número seguía siendo menor al habitual. “Hoy sí pasó, pero menos”, insistía Lourdes.
Antecedentes de violencia y paralizaciones
Esta no es la primera vez que el servicio se ve afectado por temas de seguridad.
A mediados de noviembre anterior, la Policía detuvo a quince sujetos en ese cantón, además de Guayaquil y Bucay, por integrar una red que recibía órdenes de Negro Tulio, cabecilla de los Chone Killer, para extorsionar a transportistas del cantón ferroviario.
Según la entidad, choferes debían pagar de $ 2 a $ 3 por día, además de otros valores.
El 6 de marzo anterior, la cooperativa también paralizó por completo los recorridos de sus unidades destinadas al transporte urbano e intercantonal a Guayaquil.
La suspensión generó inconvenientes en la movilización de los habitantes, quienes se vieron obligados a depender únicamente del servicio de taxirruta.
Residentes de sectores como Primavera 1, Los Tubos y la cooperativa Elsa Bucaram quedaron sin buses.
El ataque armado de ese día fue contra un transportista que, antes del crimen, había recibido una advertencia. Sin embargo, al día siguiente fue asesinado a tiros, un hecho que conmocionó a la comunidad y encendió las alertas dentro del gremio.
La otra cooperativa que opera en Durán, Trans Durban, suspendió temporalmente sus servicios.
Esta ya arrastraba antecedentes: un gerente de una línea de buses fue asesinado en otro episodio violento en 2022. (I)